Al menos 54 personas murieron en las últimas horas y más de 200.000 abandonaron sus hogares en tres días por los continuos bombardeo turcos en la ciudad siria de Afrín, en el noreste del país árabe, cuya guerra civil entró está semana en su octavo año.

A casi un mes del inicio de la invasión turca en Afrín bajo el nombre «Rama de Olivo», los ataques no cesan.

En las últimas horas se efectuaron dos bombardeos, uno en el único hospital de la ciudad Siria y en el que murieron 16 civiles, cifras que podría aumentar por la gravedad de los heridos, precisó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH)

El director del centro, Joan Mohamed, señaló que los bombardeos turcos «causaron grandes daños al hospital», lo que provocó que esté desde ayer «fuera de servicio».

El otro ataque aéreo impactó en un coche y un tractor, causando la muerte de al menos 11 civiles, que se desplazaban a los pueblos de Nubul y Al Zahrá, en busca de un asilo.

Los aviones militares lanzaron planfletos sobre la ciudad advirtiendo de la inminente entrada de las tropas turco-árabes en la ciudad instando a la población a mantenerse alejada de las posiciones de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) que hasta ahora dominaba el enclave y es considerada «terrorista» por Ankara debido a sus lazos con el grupo armado kurdo-turco Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

«No dejes que te usen a ti y a tus hijos como escudo. Aquellos que quieran abandonar Afrín estarán bajo la protección de las Fuerzas Armadas Turcas’, afirma el mensaje, según consignó la agencia de noticias EFE.

Turquía criticó en varios ocasiones que las YPG impidan la salida de los civiles de Afrín para utilizarlos como escudos humanos, una denuncia a la que este viernes se sumó la ONU.

«Hemos recibido informes alarmantes de que las fuerzas kurdas impiden a los civiles salir de la ciudad de Afrín y que están siendo utilizados como escudos humanos», lamentó la portavoz de la oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani.

El Observatorio, con sede en Londres, aseguró que las fuerzas del régimen sirio impusieron controles y barreras para cruzar a los desplazados, obligándolos a pagar un soborno de 1.000 dólares.

Con esta cifra de muertes aumenta a 281 personas, entre ellas 43 menores y 28 mujeres, las que han muerto en menos de un mes, cuando las tropas turcas y facciones sirias leales lanzaron la ofensiva con la intención de dominar todo el enclave kurdosirio.

Además, el OSDH elevó a 200.000 los civiles que han abandonado sus hogares en los últimos tres días por los continuos bombardeos y disparos de artillería de las tropas turcas.

El Observatorio calificó de «situación catastrófica» la que viven los desplazados por «la ausencia de las ayudas humanitarias» y añadió que la mayoría de ellos viven «a la intemperie».

La región de Afrín, en el noroeste de Alepo, estaba en poder de la milicia kurdosiria, que ha perdido terreno desde el comienzo de la operación turca.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, aseguró el jueves que continuará con la operación militar hasta dominar todo el enclave de Afrín, pese a que el Parlamento Europeo aprobara una moción no vinculante que pide a Ankara retirar sus tropas.