Más de 900 migrantes que se encontraban a bordo de un barco de los servicios guardacostas italianos desembarcaron este miércoles en el puerto siciliano de Catania, constató un fotógrafo de la AFP.

Este desembarco se produjo al día siguiente de la partida hacia España del buque humanitario «Aquarius», de la oenegé francesa SOS Méditerranée, que estuvo en espera con 629 immigrantes durante más de 72 horas, puesto que Italia y Malta habían rechazado abrirle sus puertos.

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La mayoría de los 900 migrantes llegados a Catania son eritreos. Este barco transportaba a unos 200 menores, incluido un bebé de tres meses, precisó la oenegé Save the Children.

Unos 800 de estos migrantes serán trasladados a otras regiones italianas, precisó la policía local.

Se trata del primer desembarco tan numeroso de migrantes desde la llegada al poder de la nueva mayoría italiana, integrada por la Liga (extrema derecha), cuyo jefe Matteo Salvini es además ministro del Interior.

Salvini había advertido que los puertos italianos serían cerrados a las embarcaciones de las oenegés europeas que auxilian a migrantes frente a las costas libias. Esta medida la aplicó al «Aquarius», a pesar de que lanchas «vedettes» de los guardacostas italianos habían transbordado a éste a migrantes socorridos por las mismas.