La Unión Europea registró por primera vez en 2015 más decesos que nacimientos, y solo la instalación de al menos 1,9 millones de migrantes en territorio comunitario evitó que su población disminuyera, alcanzándose los 510 millones de habitantes, indicó el viernes Eurostat.

«A lo largo del año 2015, se produjeron 5,1 millones de nacimientos, mientras que 5,2 millones de personas murieron. Esto significa que la UE sufrió por primera vez en su historia una variación natural negativa de su población», explicó la Oficina de estadística europea en un comunicado.

«La variación demográfica restante, positiva, corresponde esencialmente al aporte del saldo migratorio», que se elevó el año pasado a 1,9 millones de personas, según Eurostat.

Esta cifra representa la diferencia entre personas de nacionalidad no europea instaladas en la UE y quienes se marcharon.

El 2015 se vio marcado por una crisis migratoria en Europa sin precedentes desde finales de la segunda Guerra Mundial.

Un gran número de migrantes llegados al continente a través de las islas griegas desde las costas turcas eran refugiados, principalmente sirios, iraquíes y afganos.

En 2015, se registraron en la UE 1,2 millones de demandas de asilo de recién llegados, el doble que un año antes, según Eurostat.

La Unión Europea contaba el 1 de enero de 2016 con una población estimada de «510,1 millones de residentes frente a 508,3 millones el 1 de enero de 2015», precisó la agencia.

Según las tendencias observadas en los últimos años, las tasas de natalidad de países como Irlanda, Francia, Reino Unido y Suecia son las más elevadas de Europa y seguirán sobrepasando las de mortalidad, pero países del sur, como Italia, Portugal y Grecia, censan la menos tasa de nacimientos.