El sí a prohibir el matrimonio homosexual obtuvo más del 90% de los votos en el controvertido referéndum organizado este fin de semana en Rumania, que fue sin embargo invalidado debido a una abstención récord, indicó el lunes la oficina electoral.

Un poco más de 3,4 millones de personas -un 91,6% de los 3,7 millones de personas que acudieron a las urnas- votaron en favor de inscribir en la Constitución que solamente «un hombre y una mujer» pueden casarse, y no los «esposos» como figura actualmente.

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Unas 242.000 personas (6,4%) votaron contra esta modificación, y el resto de los votos fueron anulados, según los primeros resultados, con el 98% de los colegios electorales escrutados.

Pero los rumanos rechazaron el domingo grabar en la Constitución la prohibición del matrimonio gay con una alta abstención en el referéndum apoyado por el gobierno de izquierda, que sufre un estrepitoso revés.

Solo algo más del 20% de electores votaron en la consulta. Para que el referéndum fuera válido era necesario alcanzar un 30% de participación.

El referéndum fue iniciativa de oenegés cercanas a la poderosa Iglesia ortodoxa y reunidas en una «Coalición para la familia».

Además de la comunidad LGTB, numerosas organizaciones de la sociedad civil llamaron a boicotear este referéndum.

A contracorriente de las izquierdas europeas, los líderes socialdemócratas rumanos se pusieron del lado de los defensores de la «familia tradicional», menos por convicción, según sus adversarios, que por «oportunismo».

Desde un punto de vista legal, el referéndum no debía cambiar nada pues la legislación rumana no autoriza ni el matrimonio entre personas del mismo sexo ni tampoco la unión civil.

Pero una prohibición explícita habría hecho más difícil, por no decir imposible, cualquier cambio futuro a favor de las parejas homosexuales.