A horas de la llegada de los secretarios de Seguridad y Estado norteamericanos, el gobierno mexicano rechazó hoy las nuevas medidas migratorias de Washington que multiplicarán las deportaciones, una directiva de Donald Trump que anoche provocó un primer muerto, cuando un mexicano se suicidó luego para evitar ser repatriado.

«Quiero dejar claro de la manera más enfática que el gobierno de México y el pueblo de México no tienen por qué aceptar disposiciones que, de manera unilateral, un gobierno quiere imponer a otro. Eso no lo vamos a aceptar porque no tenemos por qué hacerlo, no es en el interés de México», advirtió el canciller Luis Videgaray.

«México no dudará en acudir a organismos multilaterales, empezando por la ONU, para defender los derechos y las libertades», agregó el ministro, citado por el diario local El Universal.

Ayer, tras fracasar en su intento por vetar la entrada al país a miles de musulmanes por decreto, el gobierno de Trump estableció nuevas directrices para acelerar, potenciar y ampliar las causales de deportación de inmigrantes indocumentados, y decidió aumentar en 15.000 agentes la dotación de personal de los organismos de control aduanero y de fronteras.

Básicamente los memos que los oficiales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) deben detener y deportar de inmediato a todos los inmigrantes sin documentos que fueron condenados por algún crimen o que son sospechosos de haberlo cometido, lo que incluye desde un delito grave hasta una infracción de tráfico.

Las nuevas directivas también adelantaron que el gobierno comenzará a ejecutar un apartado, hasta ahora ignorado, de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que permite a los oficiales del ICE deportar a México a cualquier inmigrante que sea detenido tras cruzar ilegalmente la frontera sur, aun cuando no sean ciudadanos mexicanos.

Videgaray fue contundente hoy al anunciar que estas nuevas medidas migratorias serán uno de los ejes de la discusión que el gobierno de Enrique Peña Nieto mantendrá con el secretario de Estado de Trump, Rex Tillerson, y el de Seguridad Nacional, John Kelly.

«En primer lugar quiero decir que esto será el tema fundamental que habremos de hablar y de discutir con los secretarios de gobierno de los Estados Unidos que visitan a partir de hoy nuestro país. Este es inevitablemente y por convicción el primer punto en la agenda», prometió Videgaray.

El clima político en México estuvo hoy especialmente tenso, no sólo por las nueva medidas migratorias de Trump y la llegada de sus representantes, sino también porque anoche un inmigrante mexicano apareció muerto en Estados Unidos, en un aparente suicidio cuando intentaba evitar que lo deportaran otra vez.

Guadalupe Olivas tenía 44 años y había sido deportado tres veces desde Estados Unidos a Tijuana. Según relató el diario local Reforma, el hombre amenazó con quitarse la vida cuando lo detuvieron por cuarta vez en la ciudad de San Diego.

Anoche su cuerpo apareció debajo de un puente de 10 metros de altura, en el barrio Empleados Federales, a escasos metros del puesto fronterizo llamado El Chaparral.

Aún no realizaron una autopsia al cuerpo, pero una fuente del gobierno nacional mexicano le dijo al diario que «hay un 90% de posibilidades» de que se haya suicidado.