Miles de inmigrantes y refugiados están atrapados y al borde la muerte por la ola de frío y nieve que azota Europa, en refugios mal adaptados para un crudo invierno que registra temperaturas de hasta 20 grados bajo cero, tanto en Grecia como en la zona de los Balcanes, según denunciaron las organizaciones humanitarias que trabajan en el terreno.

Médicos Sin Fronteras (MSF) sostuvo en un comunicado que «la cínica negligencia de las políticas de los países comunitarios, unida al frío siberiano y la falta de preparación han empeorado una situación ya de por sí insoportable para miles de hombres, mujeres y niños que buscan protección en Europa».

Según advirtieron, la situación es «especialmente preocupante para los que están atrapados en las islas griegas, que viven en campos hacinados y para los que están varados en edificios abandonados en Belgrado o tratando de cruzar las fronteras de los Balcanes».

De acuerdo al registro de los médicos, que sostiene que la Unión Europea convirtió a los países extracomunitarios en «guardianes de sus fronteras» para frenar el flujo de refugiados, en Serbia «hay más de 7.500 personas varadas», viviendo en campos abarrotados y en alojamientos informales como edificios abandonados.

«Varias personas ya murieron de hipotermia en las fronteras de Serbia y Bulgaria. No podemos simplemente sentarnos y actualizar el número de personas que mueren víctimas de violencia desde el cierre de la ruta de los Balcanes», denunciaron.

En cuanto a Grecia, la ONG señaló que «miles» de personas permanecen en campamentos superpoblados y luchan contra temperaturas por debajo de cero grados.

«El hacinamiento y la grave falta de preparación para el invierno está creando peligrosos riesgos de salud y seguridad para la gente en Grecia», declaró MSF.

«Es indignante ver que, pese a todas las promesas comunitarias y anuncios, los hombres, las mujeres y los niños viven en carpas bajo una lluvia helada», ilustraron los médicos que instaron a las autoridades griegas y a la UE a tomar «medidas de emergencia inmediatas».

Por su parte, la agencia de la ONU, Acnur, también denunció la gravísima situación a los que son expuestos miles de seres humanos y advirtió que, sin una vivienda adecuada los refugiados en Grecia, «pueden morir a medida que bajan las frías temperaturas», que el fin de semana pasado llegaron a 18 grados bajo cero.

«Estamos preocupados», manifestó Adrian Edwards, vocero del Acnur en Ginebra, mientras en el campamento de Moria, en la isla griega de Lesbos, alrededor de 4.500 personas todavía viven en condiciones de hacinamiento en finas carpas de verano.