Un total de 23 migrantes guatemaltecos murieron, entre ellos dos niños de 2 y 7 años, y otros 33 resultaron heridos al volcarse el camión en el que viajaban en el estado mexicano de Chiapas, informaron este viernes autoridades locales.

El choque tuvo lugar alrededor de las 18 del jueves a una hora de distancia de la capital estatal, la localidad Tuxtla Gutiérrez, en una vía peligrosa que no es una ruta habitual para el tránsito de migrantes.

«Lamentablemente 23 personas de Guatemala perdieron la vida», 10 mujeres y 13 hombres, dijo Jorge Luis Llaven, titular de la fiscalía estatal de Chiapas, que en un inicio había dicho que la cifra de muertos era de 25.

«El camión de tres toneladas con caja seca se salió de la carretera», que une los municipios centrales de Ixtapa y Soyaló, detalló la fiscalía en un comunicado, añadiendo que hay «33 lesionados hospitalizados, (de los que) 31 son hombres y dos mujeres».

El siniestro se dio a la altura del río Bombona, a unos 5 kilómetros de la localidad de Francisco Sarabia, en el sureño estado mexicano de Chiapas, fronterizo con Guatemala.

El chofer del camión «no se encontró», y testigos indicaron a las autoridades que algunos pobladores lo ayudaron a salir de la unidad y se dio a la fuga.

El director de emergencias de la Cruz Roja local, Isidro Hernández, estimó que en el camión de carga viajaban unas 80 personas, varias de las cuales podrían haber huido tras resultar ilesas.

El chofer del camión habría tomado ese camino debido a los múltiples operativos antiinmigrantes que se han efectuado en Chiapas, por donde año con año ingresan miles de migrantes indocumentados con la intención de llegar a Estados Unidos.

Los centroamericanos habrían ingresado a territorio mexicano por la zona conocida como La Mesilla y habrían sido trasladados a la región de Los Altos de Chiapas, desde donde habrían tomado una vía rápida hacia el vecino estado de Veracruz (este), limítrofe con el fronterizo estado de Tamaulipas.

Cada año, una ola de centroamericanos salen de sus países – principalmente Honduras, El Salvador y Guatemala- huyendo de la violencia y la pobreza con el objetivo de buscar una vida mejor.

Muchos de ellos han empezado en tiempos recientes a viajar en masivas caravanas como medida de seguridad ante el largo y peligroso camino, mientras otros contratan los servicios de traficantes de personas que suelen trasladarlos en camiones en cuyo interior viajan hacinados y en pésimas condiciones de salubridad.

En octubre del año pasado, una caravana que llegó a sumar unos 7.000 migrantes viajó de Honduras hasta Tijuana, vecina de Mexicali, California.