La mujer del periodista Jamal Khashoggi, asesinado en 2018 en el consulado saudita en la ciudad turca de Estambul, solicitó al presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, que publique el informe clasificado de la CIA sobre el suceso una vez que llegue a la Casa Blanca.

«Pido al presidente electo (de Estados Unidos) que publique el informe y las pruebas de la CIA», dijo Hatice Cengiz, quien recalcó que ello «ayudaría mucho a develar la verdad sobre quién es responsable del asesinato de Jamal», según informó el diario británico The Guardian.

Kashohggi, un periodista crítico con la casa real saudita y que colaboraba con el diario estadounidense The Washington Post, desapareció el 2 de octubre de 2018 tras ingresar al consulado saudita en Estambul, donde concurrió a gestionar unos documentos para poder casarse con Cengiz.

Allí fue asesinado y descuartizado y su cuerpo fue sacado fuera del edificio, según la versión oficial que ofrecieron las autoridades sauditas, después del escándalo desatado en torno al hecho a nivel internacional.

El informe que la inteligencia estadounidense realizó sobre el crimen no salió hasta ahora a la luz, pero varios medios estadounidenses indican que el documento concluye con un nivel «medio o alto de confianza» del príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salman, ordenó el crimen.

 

Fuentes del equipo de transición de Biden destacaron que «el presidente electo se mantiene firme en lo que dijo durante la campaña sobre el asesinato de Khashoggi».

«Sabemos que hay trabajo por hacer, incluido dar la transparencia necesaria», dijo sin dar más detalles.

Biden fue muy crítico con Bin Salman durante su campaña: calificó a Arabia Saudita de Estado «paria» y adelantó que al llegar a la Casa Blanca se aseguraría que «Estados Unidos no abandone sus valores para vender armas o comprar petróleo».

Cengiz y la organización pro Derechos Humanos Democracia para el Mundo Árabe Ahora (DAWN) presentaron en octubre una demanda civil en EEUU contra el príncipe heredero por su presunto rol en el asesinato.

La demanda busca el pago de daños civiles y aclarar a través del sistema de justicia estadounidense el nivel de implicación de altos cargos sauditas en el hecho, incluida la publicación de información de funcionarios y agentes de Inteligencia.

El proceso judicial en Riad llegó a su fin el 7 de septiembre cuando, tras las apelaciones, fueron condenadas a penas de cárcel ocho personas por su responsabilidad en el asesinato, reduciendo así la pena de muerte dictada en diciembre de 2019 contra cinco de ellos.

Saud al Qahtani, antiguo asesor de Bin Salman y uno de los principales sospechosos, fue liberado por falta de pruebas. Asimismo, el ‘número dos’ de la Inteligencia saudita, Ahmed al Asiri, y el cónsul general en Estambul en el momento del crimen, Mohamed al Otaibi, fueron exonerados.

La relatora especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, Agnes Callamard, que realizó una investigación del caso, dijo en junio de 2019 que las pruebas sugieren que Bin Salman y otros altos cargos serían responsables del asesinato.

Posteriormente, dijo que los fallos finales eran «una parodia de justicia».