El escritor y periodista de extrema derecha Éric Zemmour anunció este martes su candidatura a la presidencia de Francia en 2022 para «salvar» al país de su «decadencia», en un discurso de tintes apocalípticos y nostálgicos.

«He decidido tomar nuestro destino en mano» para «salvar al país del trágico destino que le espera», aseguró Zemmour en un video de 10 minutos, denunciando la migración, el islam y los «poderosos».

«Por eso he decidido presentarme a la elección», remató.

La candidatura de este controvertido y mediático escritor best seller, de 63 años y sin trayectoria política, era un secreto a voces.

Su confirmación, sin embargo, llega justo cuando su fulgurante progresión empieza a estancarse en los últimos sondeos de cara a los comicios de abril, donde aparece por detrás del presidente Emmanuel Macron y la líder de extrema derecha Marine Le Pen.

A golpe de polémicas, con sus furibundas críticas al islam, la inmigración y a lo políticamente correcto, Zemmour se volvió una cara conocida en el panorama mediático desde los años 2000, impulsado por la cadena CNews del magnate Vincent Bolloré.

Aunque sin un gran partido detrás, a «Z», como lo llaman sus seguidores, lo comparan con el expresidente estadounidense Donald Trump.

«Nos ha vendido que era el Trump francés. Es un Trump encargado en Wish, esta plataforma de falsificaciones que vende cosas que no funcionan, que son falsas», dijo en Europe 1 el vocero del Gobierno francés, Gabriel Attal.

El vocero gubernamental cuestionó además su «capacidad para representar» a Francia después de que su abucheada visita el sábado a Marsella terminara con un intercambio de gestos obscenos -dedo medio levantado- con una transeúnte.

Aunque después calificó el gesto de «poco elegante», representa el colofón de una gira marcada por las polémicas, como cuando apuntó con un fusil a periodistas e indignó a los supervivientes de los atentados del 13 de noviembre de 2015.

Pese a que la principal preocupación de los franceses es el poder adquisitivo, sus propuestas se centran en la inmigración, a la que considera artífice de un intento de acabar, a su juicio, con la «identidad francesa», a través del «gran reemplazo».

«Ustedes se sienten extranjeros en su propio país», asegura Zemmour en el video, en el que entremezcla imágenes de la Francia de los «Treinta Gloriosos», los años de crecimiento económico posguerra, con videos de violencia y migrantes, informó la agencia de noticias francesa AFP.

Tras la confirmación de su candidatura, este hombre criado en el seno de una modesta familia judía de origen argelino, debe ahora reforzarla con la búsqueda de apoyos políticos y económicos.

Condenado en dos ocasiones por discursos de odio contra árabes, negros y musulmanes, testimonios de mujeres recabados por el sitio Mediapart lo acusan también de agresión sexual, aunque no se anunció ninguna denuncia en su contra.

Este hombre, cercano a dirigentes liberales de Europa como el húngaro Viktor Orban, ya propuso un referéndum sobre la inmigración, suprimir la reagrupación familiar y prohibir que se den nombres extranjeros a los niños.

Zemmour consiguió así progresar en los sondeos, que auguraban incluso su paso al balotaje en detrimento de Le Pen, la tradicional candidata de ultraderecha.

Pero el auge parece estancado y el último sondeo lo sitúa detrás de Macron y Le Pen.

El anuncio de su candidatura irrumpe en pleno proceso de elección del aspirante del partido otrora gobernante de la derecha tradicional, Los Republicanos, a las elecciones presidenciales, prevista esta semana y a la que robó el protagonismo.

El primer acto electoral de Zemmour tendrá lugar a primera hora de la tarde del domingo próximo en una sala de espectáculos de París, donde organizaciones antifascistas y de izquierda ya convocaron una manifestación para «hacer callar a Zemmour».