El candidato conservador Marcelo Rebelo de Sousa ganó hoy cómodo la presidencia de Portugal y podría superar el 50% de los votos, lo que confirma que el país combinará un gobierno de izquierda y abiertamente anti ajuste, y un mandatario conservador y más cercano a las políticas de Bruselas.

La mayoría de los sondeos preliminares sostienen que Rebelo de Sousa no necesitará ir a segunda vuelta e incluso los más favorables le otorgan una mayoría absoluta de 54% de los votos, muy lejos del ex rector universitario vinculado al Partido Socialista, António Sampaio da Nóvoa, quien no llegaría a un 20%, según las encuestadoras privadas SIC y TVI.

La única boca de urna que deja abierta la posibilidad de un ballotage es la de la cadena de noticias pública RTP, que otorga al candidato conservador un apoyo de entre el 49 y el 54%.

La sorpresa de la jornada sería la eurodiputada apoyada por el marxista Bloque de Izquierda, Marisa Matías, quien se habría ganado el tercer lugar, por delante de la ex ministra socialista María de Belém, quien habría hecho una muy mal elección, sin llegar siquiera un 5% de los votos.

La otra gran incógnita de la jornada es cuál será el número final de la participación.

Cerca de 10 millones de ciudadanos están habilitados para votar en ese país del sur europeo y según las autoridades electorales nacionales a mitad de la tarde hora local cerca del 37,7% del padrón ya había emitido su voto, una cifra mayor al 35,8% registrado en este tramo en la elección presidencial anterior de 2011, informó la agencia de noticias EFE.

De confirmarse esta tendencia, significa que mientras la participación no creció dramáticamente, la apatía, que llevó al país a su peor récord de abstención electoral, no se acentuó.

La gran duda durante toda la jornada fue si el ex presentador televisivo de 67 años, Rebelo de Sousa, lograría superar el umbral del 50% de los votos y evitar una segunda vuelta el próximo 14 de febrero.
«Tengo esperanza de que haya una tasa de participación muy significativa», aseguró bien temprano el favorito, quien adelantó que esperará el resultado electoral «serenamente confiado, ni con grandes euforias ni con grandes preocupaciones».

Rebelo de Sousa votó a la mañana en una escuela de la localidad norteña de Celorico de Basto, la misma que eligió para anunciar su candidatura.

Mientras que el equipo del ex presentador de televisión creía que un crecimiento de la participación es la clave para superar el 50%, los socialistas, que lograron asumir el gobierno recientemente, sostenían que cuanta más gente votara, más chances tenían de evitar una polarización y forzar una fragmentación que debilite las posibilidades del candidato conservador.

«Tenemos la oportunidad de elegir entre múltiples candidatos», había destacado, tras votar, el primer ministro socialista, António Costa.

Por su parte, Sampaio da Nóvoa y Maria de Belém, ambos vinculados al Partido Socialista, también habían llamado a aprovechar la diversidad que ofrecen 10 candidatos y pidió a los ciudadanos salir a votar en masa.
En 2011, en la última elección presidencial, la abstención superó el 53%.

Este dato se explica no sólo por el clima de apatía generado por la profunda crisis económica que vive el país desde 2009, sino por el hecho de que la figura presidencial no es clave en la gestión de gobierno en un país parlamentario como Portugal.

Sin embargo, el presidente ha demostrado ser determinante en momentos de crisis política, algo que los portugueses han sido testigos varias veces en los últimos años.

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