La provisión de vacunas contra el coronavirus se convirtió en el nuevo frente de batalla entre la Unión Europa y el Reino Unido, en una áspera controversia que tiene en el centro al laboratorio AstraZeneca, acusado de desviar a Londres dosis que debían llegar a los países del bloque.

Los funcionarios europeos acusaron a la farmacéutica anglo-sueca de suministrar solamente una cuarta parte de las dosis que había prometido para el primer trimestre de 2021 y divulgaron partes del contrato que compromete a las dos fábricas que tiene la empresa en el Reino Unido “a contribuir al esfuerzo” para entregar el fármaco.

Ante las acusaciones por presunto incumplimiento con la provisión de hasta 400 millones de dosis, el CEO del laboratorio, Pascal Soriot, precisó que los contratos no preveían «un compromiso» sobre la provisión de vacunas.

En el trasfondo de esta disputa está una de las cartas fuertes que usa el primer ministro británico Boris Johnson para elogiar al Brexit por el que tanto militó: la campaña de inmunización va a un ritmo acelerado con casi 7,5 millones de habitantes que recibieron al menos la primera dosis, mientras que Francia esa cifra no llega a 1,2 millones y en Alemania a 1,8 millones.

El Reino Unido fue el primer país en Occidente en aprobar y administrar la vacuna de Pfizer/BioNtech y posteriormente avaló la de AstraZeneca y la de Moderna, mientras que en la UE este proceso se está dando más lento ya que la autorización depende del órgano regulador, la Agencia Europea de Medicamentos.

Pese a esto, Nick Hopkinson, miembro del Movimiento Europeo del Reino Unido, una organización que promueve mantener lazos con el continente, negó en una entrevista con Télam que la campaña de vacunación sea un argumento fuerte a favor del Brexit.

“Si ser un Estado soberano recientemente independiente influyó positivamente en nuestro desempeño ante la pandemia, entonces este factor también debería ser responsable de que el Reino Unido tenga la tasa de mortalidad por Covid-19 más alta del mundo”, indicó.

“El nacionalismo de las vacunas puede funcionar bien en casa, pero se demostró que el Reino Unido pudo acelerar la autorización de la vacuna Pfizer bajo las reglas de la UE y las vacunas fueron desarrolladas por fuerzas laborales multinacionales”, argumentó a favor de la integración.

Como señaló un editorial del 6 de diciembre del diario The Observer: “Las vacunas de Pfizer/BioNtech fueron desarrolladas en Alemania por hijos de inmigrantes turcos y luego probadas en los Estados Unidos, Brasil, Argentina y Sudáfrica. Ahora se fabrican en Bélgica, en una intrigante cadena internacional de participación que termina con que Gran Bretaña interviene, en el último minuto, para obtener elogios por ser el primero en aprobar la vacuna para su uso”.