El presidente Vladimir Putin, afirmó que la invasión de Ucrania avanza «según lo planeado», en el octavo día de operaciones marcado por conquistas en el sur del país y el establecimiento de un «corredor humanitario».

Por su parte, el presidente Francés Emmanuel Macron tras dialogar telefónicamente con el mandatario ruso, alertó que «lo peor está por venir» ante la continuidad de los bombardeos.

Tras la conquista de Jerson, la primera ciudad relevante tomada por los rusos y de importancia estratégica en el Mar Negro, las fuerzas parecían moverse para aislar a Ucrania del acceso al agua a través de sus puertos clave del sur.

En ese marco, fuertes combates continuaron en las márgenes de otra estratégica localidad portuaria, Mariupol, sobre el mar de Azov, donde gran parte de la población seguía sin luz ni servicios telefónicos. En las casas y comercios empezaban a escasear la comida y el agua, informó la cadena BBC.

El alcalde Vadym Boichenko dijo que las tropas rusas querían bloquear la ciudad de 440.000 habitantes, impidiendo las evacuaciones y el abastecimiento.

«Destruyeron todos los puentes, destruyeron los trenes para impedir que salgan nuestras mujeres, niños, ancianos. Nos impiden abastecernos», declaró, y dijo que había ataques constantes desde todos los frentes.

Varias explosiones se oyeron también en Kiev, con informaciones encontradas sobre la enorme columna de artillería que desde hace días se dirige hacia la capital.

Además de Jerson, las tropas rusas se hicieron ya con otro puerto importante del país, Berdiansk. Otro punto caliente del conflicto es Jarkov, la segunda ciudad más poblada del país con 1,4 millones de habitantes, escenario de fuertes bombardeos y de combates tras el aterrizaje de tropas aerotransportadas rusas.

Autoridades locales también denunciaron ataques aéreos en la cercana ciudad de Izium que mataron a ocho personas, incluidos dos niños y, en el norte de Ucrania, los servicios de emergencia de la ciudad de Chernigov informaron de la muerte de al menos 33 personas en un bombardeo contra áreas residenciales, incluyendo colegios.

En una conversación previa con su par francés, Emmanuel Macron, Putin prometió continuar «sin concesiones» su ofensiva. Tras esa conversación, Macron llegó a la conclusión de que «lo peor está por venir» en el conflicto, informó la Presidencia francesa.

Ante este panorama, el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió un mayor apoyo de las potencias occidentales y advirtió que si su país es derrotado, Rusia no vacilará en atacar a los países bálticos y el resto de Europa.

Reclamó en particular que los países occidentales «cierren el cielo» ucraniano a los aviones rusos o le entreguen aviones a Ucrania.

Hasta ahora, los países occidentales entregaron armas a Ucrania, pero centraron su respuesta en una batería de sanciones para aislar a Rusia diplomática, económica, cultural y deportivamente.

El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) pidió hoy al Kremlin el «cese inmediato de todas las acciones» militares en las plantas nucleares y la Comisión Europea (CE) anunció que trabaja en un «plan de contingencia» ante un eventual ataque a esas centrales.

Los soldados rusos tienen rodeada Zaporiyia, la instalación atómica más grande de Europa, y ocuparon Chernobil en el primer día de la ofensiva.

Más de un millón de personas ya huyeron de Ucrania desde el inicio de la invasión rusa, en un éxodo que se produce “a un ritmo sin precedentes” y que va camino a convertirse en “la mayor crisis de refugiados de Europa en este siglo», indicó la ONU.