El presidente ruso, Vladimir Putin, ofreció hoy al mandatario electo de Estados Unidos, Donald Trump, normalizar las relaciones entre ambos países y forjar una alianza contra «una amenaza real y no imaginaria: el terrorismo internacional», durante el tradicional discurso sobre el estado de la nación ante ambas cámaras del Parlamento.

«Confiamos en aunar fuerzas con Estados Unidos», dijo Putin, tras asegurar que el Kremlin no está interesado en «antagonismos» ni «buscar enemigos» y quiere mantener relaciones con Washington «en un plano de igualdad», según fragmentos de su discurso citado por la agencia EFE y el sitio ruso de noticias Sputnik.

El líder ruso calificó la cooperación bilateral como «la solución a los problemas globales y regionales, en aras de los intereses de todo el mundo», además de constituir «una responsabilidad común a la hora de garantizar la seguridad y la estabilidad internacional».

Subrayó que esa tarea -la de combatir el terrorismo- «ya es cumplida» por los «soldados rusos en Siria», de quienes destacó su «coraje» en la lucha contra los yihadistas desde septiembre de 2015, palabras que provocaron fuertes aplausos entre los presentes en la sala de San Jorge del Kremlin.

Putin tiende la mano a Trump justo cuando el Ejército sirio logró reconquistar casi la mitad de los barrios del este de Alepo bajo control yihadista, lo que ha permitido a unas 30.000 personas abandonar la ciudad tras varios meses de asedio.

Según los expertos, Siria y Rusia quieren acabar con la resistencia yihadista antes de que Trump asuma el cargo en enero próximo.

Con un lenguaje que mezcló un tono conciliador con la firmeza que lo caracteriza, Putin advirtió que su país «no permitirá ni la vulneración ni el desprecio de sus intereses» y construirá su presente y su futuro «sin sugerencias no solicitadas».

«Rusia está dispuesta a participar en la solución de los problemas internacionales donde sea oportuno», dijo antes de recordar que en los últimos años el país se ha enfrentado a intentos de presión externa, en particular a «los mitos sobre la agresión rusa, la propaganda y la interferencia en elecciones ajenas».

«Las campañas informativas encargadas, así como los sermones instructivos, ya tienen hartos a todos; si es necesario, nosotros mismos podemos enseñarle a cualquiera», indicó.

En septiembre de 2015, el jefe del Kremlin regresó -tras diez años de ausencia- a la ONU para ofrecer a Washington un amplio frente internacional contra el terrorismo en Siria, pero la Administración de Barack Obama rechazó el ofrecimiento.

Ayer Putin también pidió explicaciones al presidente turco, Recep Tayyip Erdogán, por sus afirmaciones de que había ordenado la entrada de tropas en Siria con el objetivo de derrocar el gobierno de Bashar Al Assad.

Putin, cuya aviación suspendió sus bombardeos contra Alepo el 18 de octubre, ordenó esta semana desplegar hospitales de campaña en las inmediaciones de Alepo y enviar zapadores a la zona para desminar los barrios liberados por las tropas gubernamentales.

A su vez, recordó que «cualquier intento de romper la paridad estratégica es extremadamente peligroso y puede conducir a una catástrofe global».

«No podemos olvidar esto ni un segundo», insistió.

En cuanto a la Unión Europea (UE), se mostró dispuesto a entablar un diálogo para la creación de una asociación eurasiática que use de puente a la Federación Rusa, desde el enclave báltico de Kaliningrado hasta el puerto de Vladivostok, en el océano Pacífico.

Destacó el interés estratégico de Rusia en reforzar la cooperación con los países de Asia, en particular China e India, pero negó que eso esté dictado por «el enfriamiento de las relaciones con Estados Unidos y la la UE».

En su discurso, mayormente centrado en asuntos de la política nacional, no adelantó si se presentará a la reelección en los comicios presidenciales previstos para marzo de 2018.

«Los últimos años no fueron fáciles, pero esto nos ha hecho más fuertes», dijo Putin, para quien las principales causas de las dificultades económicas que atraviesa el país son de carácter interno, y no obedecen a las sanciones occidentales.

Tras dos años de profunda recesión, pronosticó un crecimiento de la economía el próximo año, a lo que contribuirá, según los expertos, el acuerdo de reducción de la producción de petróleo cerrado ayer por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

También encargó al Gobierno elaborar para mayo próximo un plan que permita a Rusia a finales de este decenio alcanzar ritmos de crecimiento superiores a la media mundial, ya que debido a la crisis este año el número de pobres ha ascendido hasta los 20 millones.

Por último, en víspera del centenario de la Revolución Bolchevique de 1917, Putin llamó a extraer lecciones de la turbulenta historia rusa y a no regresar a las barricadas y al «enconado» antagonismo de antaño.

«Recordemos que somos un pueblo unido. Un solo pueblo. Y Rusia solo hay una», proclamó.

Foto:  Natalia Kolesnikova