Los presidentes de Rusia y Turquía iniciaron hoy una ronda de consultas sobre la propuesta de Moscú de crear «zonas de reducción de tensiones» en Siria, mientras que en choques entre las facciones islámicas embolsadas al este de Damasco murieron ya 146 personas desde el viernes último.

La reunión entre Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan tuvo lugar en el balneario ruso de Sochi, e incluyó el análisis de la propuesta de Moscú de crear cuatro «zonas de reducción de tensiones» en el país del Medio Oriente, que transcurre ya el sexto año de una guerra entre el gobierno y grupos locales y extranjeros que buscan derrocarlo.

Entretanto, el recrudecimiento del enfrentamiento entre facciones islámicas en Ghouta Oriental, principal bastión opositor de las afueras de Damasco, embolsadas allí por el ejército sirio, dejaron al menos 146 muertos desde el viernes pasado.

«Sobre nuestros hombros recae una gran responsabilidad. Estoy seguro de que los pasos que damos juntos cambiarán el destino de toda la región», dijo el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan al inicio del encuentro en el que fue recibido por su par ruso, Vladimir Putin, en su residencia veraniega.

El jefe del Kremlin agradeció a su colega la visita a Sochi y destacó que «está muy bien» que los dos líderes puedan reunirse «para tratar asuntos clave de las relaciones bilaterales y de los principales problemas de la actualidad internacional, incluidos los más acuciantes como es el caso de la crisis siria», informó la agencia de noticias EFE.

«Creemos que la situación política interna se estabilizará poco a poco y se crearán las condiciones para un mayor desarrollo de las relaciones ruso-turcas. Quiero decir que muchas de las cosas que hacemos tienen carácter conceptual y deben ser ratificadas por nuestros parlamentos», subrayó Putin.

La creación de las zonas seguras en Ghouta Oriental, en la provincia de Idleb, en la ciudad de Homs, y en el sur de Siria es uno de los asuntos centrales en las conversaciones entre Putin y Erdogan.

La protección de esas aéreas seguras estaría a cargo de contingentes militares de Rusia, Irán y Turquía, países garantes del alto el fuego declarado en 30 de diciembre del año pasado.

Ankara recibió favorablemente la propuesta rusa, que también se debate a estas horas en las consultas que celebran hoy en Astaná representantes de la oposición armada y del Gobierno de Siria.

Los opositores presentes en Astańa harán por escrito sus cuestionamientos a la propuesta, informó la agencia de noticias Interfax.

La creación de «zonas de reducción de tensiones» en Siria también fue abordada en la conversación telefónica que mantuvo ayer Putin con su homólogo estadounidense, Donald Trump.

Según la Casa Blanca, que calificó de «muy buena» la conversación entre los dos mandatarios, Trump y Putin «coincidieron en que el sufrimiento en Siria ha durado demasiado tiempo y que todas las partes deben hacer todo lo posible por poner fin a la violencia».

En tanto, al menos 146 personas murieron desde el viernes hasta la fecha por los choques entre facciones islámicas en la región de Ghouta Oriental, el principal bastión opositor de las afueras de la capital siria, Damasco, según los datos publicados hoy por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

En esa área se enfrentan el Ejército del Islam, por un lado, y Fateh Al Sham -exfilial de Al Qaeda- y la Legión de la Misericordia, por otro.

La ONG, con sede en Londres y una red de informantes en terreno, detalló que entre los fallecidos hay al menos 13 civiles, de los que dos son menores de edad.

El resto de víctimas mortales son combatientes, de los que 50 son miembros del Ejército del Islam. Entre las bajas de milicianos, hay cuatro dirigentes de las facciones contendientes.

El Observatorio indicó que hay desplazamiento de civiles que huyen de la violencia en Ghouta Oriental, aunque no precisó su número.

Las hostilidades se desencadenaron el pasado día 28, después de que el Ejército del Islam atacara bases de sus adversarios en la región.