La formación de un nuevo gobierno en Italia volvió a foja cero, luego de que el presidente Sergio Mattarella rechazara que el crítico del euro Paolo Savona sea el ministro de Economía del gobierno que preparaban la derechista Liga Norte y el Movimiento Cinco Estrellas, ante el «riesgo y desconfianza» que generaba su nombre entre inversionistas.

El fracaso del nuevo gobierno se oficializó hace algunos días, cuando el designado primer ministro italiano, el abogado de 54 años Giuseppe Conte, rechazó el encargo que había aceptado «con reservas» de manos de Mattarella para formar un nuevo Ejecutivo sostenido por el Movimiento Cinco Estrellas y tras la negativa del mandatario de aceptar a Savona, lo que deja al país al borde del llamado a nuevas elecciones o de un Ejecutivo técnico.

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Pero, ¿por qué tanto rechazo del presidente como para desbaratar un armado que les había costado tanto alcanzar? ¿Quién es Paolo Savona?

Savona, quien estuvo al mando de la cartera de Industria, Comercio y Trabajos Artesanos durante un año en 1993, tiene una conocida posición contraria al euro y a la Unión Europea (UE) que incomoda a los mercados.

El experimentado economista, ha pasado por grandes empresas e instituciones como Aeropuertos de Roma, el gigante de la construcción Impregilo, la patronal Confindustria y hasta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Savona, de 81 años, fue rechazado a pesar de su currículum, por tildar al euro de «jaula alemana» y acusar a esta nación de no haber cambiado «la visión de su rol en Europa desde el fin del nazismo».

Por este tipo de declaraciones es conocido como el «Profesor Antieuro». En su perspectiva, la entrada de Italia en la zona euro ha sido «un error histórico» y asegura que «hace falta recurrir a un plan B para salir si fuera necesario».

Cifras y temores

El fenómeno de los nuevos partidos políticos, que desafían a los tradicionales, no es nuevo en Europa pero amenaza cada vez con más fuerza los consensos de la Unión Europea.

Estos partidos, que sólo contaban con dos formaciones con representación en los Parlamentos nacionales y hoy suman 43, atemorizan a las instituciones comunitarias por un posible refuerzo de los cuestionamientos al marco europeo.

Si bien es posible que las fuerzas que surjan tengan visión europeísta, como La Republica en Marcha del actual presidente francés, Emmanuel Macron, estos temores fueron verbalizados por el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani: «Es posible que en el próximo Parlamento Europeo haya más fuerzas euroescépticas, tanto de derechas como de izquierdas.

No es bueno para Europa. Pero hay que pensar por qué e implicarse en los problemas concretos de los ciudadanos. Cambiar las cosas no es destruir», expresó.

El Eurobarómetro 2018 sobre la Eurocámara, una encuesta realizada en 28 países a 27.601 ciudadanos/as, entre el 11 y el 22 de abril pasados, reveló que un 56% de los europeos prefiere a los nuevos partidos frente a los tradicionales.

Más de la mitad de los consultados no considera que estas formaciones que irrumpen en la vida política amenacen la democracia.

Sobre el nivel de «europeísmo» de los ciudadanos, en cada país varía la consideración. Los italianos registran la valoración más baja de su pertenencia a la UE, ya que sólo un 44% considera que el ingreso la comunidad los ha beneficiado.

Es un porcentaje menor al del Reino Unido, que va a abandonar la UE. No obstante, el balance general es satisfactorio en el bloque comunitario.

Un promedio de 67% considera a la UE «beneficiosa» para su país, lo que representa el mejor resultado desde 1983.

Los distintos analistas sospechan que el ejemplo del Brexit influya en esa mejora y los pro UE se esperanzan con reforzar esa tendencia, de cara a las elecciones en el bloque europeo, a realizarse en un año.