El voto negativo del pueblo griego a las condiciones pretendidas por los acreedores internacionales para colaborar financieramente con un país en profunda crisis ya causó repercusiones tanto dentro como fuera de Grecia.

En Atenas, mientras que el ministro de finanzas, Yanis Varoufakis, celebró el resultado y tendió una mano a sus socios, el jefe de la campaña por el «sí» y perdedor de las elecciones de enero, el conservador Antonis Samaras, presentó su renuncia a la presidencia de su partido, Nueva Democracia, cediendo a reclamos de sus propios seguidores, informaron en vivo la BBC (TV británica) y la Deutsche Welle (TV alemana).

Varoufakis afirmó que el resultado del referéndum en el que 61% de los votantes rechazó las condiciones de los acreedores es un ultimátum del pueblo griego al Banco Central Europeo (BCE), al FMI y a la Eurozona.

Agregó que sus conciudadanos habían dicho que «no» a «cinco años de hipocresía», y consideró que Grecia había dado un «sí» a una mejor visión de la Eurozona.

«Grecia extiende una mano de cooperación a los acreedores», añadió en rueda de prensa el político del partido de gobierno, Syriza, informó la agencia Bloomberg.

El ministro señaló que «a partir de mañana vamos a colaborar con el Banco Central Europeo que mantuvo una posición neutra la semana pasada».

«Tendremos una actitud positiva hacia la Comisión Europea», detalló, para encontrar un «punto común» con sus socios de la Eurozona y la Unión Europea, informó la agencia de noticias EFE.

Fuera de Grecia, hicieron movimientos significativos Alemania y Francia, así como Italia y España, dos países que están en condición preocupante frente a los requisitos de la banca.

Mientras que la jefa de Estado alemana, Angela Merkel, viajará a Parí­s mañana a propuesta del presidente de Francia, Francois Hollande, para concertar una posición común franco-germana ante la nueva situación, otros altos dirigentes germanos emitieron duras declaraciones contra una Grecia que «rompió los puentes», como dijo el vicecanciller Sigmar Gabriel.

El jefe del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, reconoció que el resultado del referéndum podría afectar a su pais, y el ministro de relaciones exteriores de Italia, otro país afectado por la crisis, llamó a negociar con una Europa más fortalecida.

El dirigente del Partido Popular español, conservador, convocó a la Comisión de Asuntos Económicos para este lunes para analizar los resultados del referéndum griego, informaron hoy medios locales citados por la agencia de noticias DPA.

Rajoy, que defendió el «sí­» en la consulta, reconoció que la crisis de deuda de Grecia podrí­a afectar a su paí­s y a otros de la Unión Europea (UE).

«Podemos decir que pase lo que pase en Grecia el euro seguirá adelante y España seguirá siendo parte importante del euro», señaló hoy el jefe de un gobierno cada vez más cuestionado después de que largos años de austeridad provocaron tasas de desocupación equivalentes a las que azotan a Grecia hoy.

Por su parte, el ministro de relaciones exteriores de otro gobierno de un país donde la austeridad provoca creciente resistencia, el italiano Paolo Gentiloni, envió un mensaje por la red Twitter donde señaló que «lo correcto ahora es volver a empezar a buscar un acuerdo».

«Pero del laberinto griego no se sale con una Europa débil y sin crecimiento», señaló.

El sábado, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, intentó calmar a la población y aseguró que aunque el paí­s estuvo en apuros hace tres o cuatro años «ahora ya no es así­. Nosotros somos los que intentamos buscar soluciones, no somos el problema».

Ante la escalada de la crisis griega, en Italia surgieron temores ante un posible riesgo de contagio. El paí­s tiene también un elevado endeudamiento y sólo hace unas semanas que consiguió salir de su peor recesión económica desde la Segunda Guerra Mundial.