El acuerdo del gobierno italiano con la Unión Europea, para permitir a Italia que establezca de hecho un “banco malo”, de manera que el gobierno respalde los derivados CDS (seguro de incumplimiento de pago) para cubrir la cartera vencida de los bancos en sus libros de contabilidad, se diseñó también para abrir todo un nuevo mercado para los fondos buitre que ahora pueden descender sobre esa categoría de deuda italiana.

Y la cartera vencida de la banca italiana no es el 17% de su cartera total, como se dice oficialmente, sino al menos el doble de ese porcentaje, de acuerdo a fuentes de inteligencia de Washington, que caracterizan al inminente estallido de la banca italiana como “un problema sistémico agudo”.

Grave crisis

Hay un pánico muy poco disfrazado en tales voceros mediáticos del imperio británico como el semanario Economist de Londres y el diario Telegraph, que reconocen la gravedad de la crisis pero inventan un cuento tras otro para encubrir el verdadero origen, en vez de enfrentar el hecho de que todo su sistema está en bancarrota y muerto.

Además de culpar a China, ahora tienen como foco de ataque a la directora de la Reserva Federal de Estados Unidos, Janet Yallen, por su decisión a mediados de diciembre de elevar ligeramente las tasas de interés, como la supuesta causa del derrumbe en marcha. El Economist del 28 de enero tiene un artículo titulado “La Reserva Federal hace lo mejor de la mala situación que creó”, y se queja de que “el problema es que ahora la Reserva Federal no se reúne de nuevo sino hasta marzo. Hay largas semanas por delante durante las cuales se pueden desatar todo tipo de estragos en los mercados financieros.

¿Reunión o espera?

Si el pánico es ya bastante malo, la Reserva podría convocar a una reunión de urgencia para hacer algo, a costa de indicar que las condiciones eran tan funestas realmente (y que había cometido un enorme error craso en diciembre). Pero si prefiere esperar a que los mercados hagan su cosa, para marzo será demasiado tarde para dar marcha atrás a su política e impedir una aguda desaceleración en la actividad económica estadounidense”, es decir, una explosión total.

Jeremy Warner, del Telegraph, también trató de culpar a Yellen por el desastre actual, pero advierte que la situación está ya fuera de control: “Los Señores de las Finanzas se resbalan fuera de control”, es el titular, en donde alega que “los mercados financieros se han hecho peligrosamente dependientes de los esteroides monetarios baratos de los banqueros centrales, creando todavía más deuda. ¿Cometió la Reserva Federal de EE.UU. un terrible error al elevar las tasas?. Ha habido llamados casi histéricos para que la Reserva de marcha atrás en su decisión”.