¿Se preparan las fuerzas armadas de Estados Unidos para el mundo después de que termine el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (el Nuevo START)? No hay ninguna declaración oficial al respecto, obviamente, ya que el Nuevo START, el tratado para la reducción de armas nucleares, no expira sino hasta el 21 de febrero de 2021. Sin embargo, al igual que con el Tratado INF (Fuerzas Nucleares Intermedias), hay varios acontecimientos que sugieren que posiblemente se están sentando las bases para ampliar las fuerzas nucleares de Estados Unidos más allá de los límites que impone el tratado sobre ojivas nucleares y de cohetes lanzadores.

El 1 de julio, el general Arnold Bunch, comandante del Comando de Materiales de la Fuerza Aérea, implicó que la producción del nuevo bombardero sigiloso B-21, programado para sustituir a los bombarderos B-2 y B-1, muy bien podría exceder al programa actual de 80 a 100 aeronaves, ya que según alega el programa va tan bien que el presupuesto podría permitir la producción de muchas más aeronaves.

Luego el 30 de julio, el almirante Charles Richard, comandante del Comando Estratégico de Estados Unidos (que controla las armas nucleares) dijo en una conferencia virtual organizada por el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales, de Washington DC, que a pesar de que el programa para la producción de submarinos de la clase Columbia portadores de misiles balísticos, se ha fijado en 12 unidades, el número final a construir va a depender de “la amenaza”. Dijo que “pienso que es importante que cuando fijemos los requerimientos, en particular los números para las plataformas, que se basen en una amenaza específica. Si tú me cambias la amenaza en mi contra, entonces tenemos que regresar y volver a pensar cuál es el número correcto”.

Luego el 4 de agosto, el Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea lanzó pruebas de un misil balístico intercontinental Minuteman III, desde la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea, en California. El comando de pruebas lanza de 4 a 5 misiles al año para garantizar la viabilidad de la flota, pero este lanzamiento fue algo fuera de lo común, ya que el cohete llevaba tres vehículos de reentrada (ojivas) en vez de la única que tienen montada los 400 misiles balísticos que están en servicio actualmente. Los cohetes Minuteman III estaban equipados originalmente con tres ojivas, pero se redujo a una para cada cohete, como parte del proceso de reducir el número total de ojivas nucleares desplegables bajo el Nuevo START, que fija el límite en 1,550.

Todos estos tres acontecimientos tienen implicaciones potenciales en el número de misiles balísticos desplegables desde tierra, mar o en bombarderos, así como en el número de ojivas, todo lo cual está limitado en el Nuevo START.

La pauta puede ser la que ya se vio con el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), al cual renunció Estados Unidos en 2019. Durante dos años antes de que abandonara el tratado, luego de que Estados Unidos estuvo acusando sin pruebas a Rusia de haber violado el tratado, se sentaron las bases —incluso a través de las autorizaciones presupuestales del Congreso— para que Estados Unidos desarrollase sistemas de ataque de alcance intermedio. Ahora el Ejército de Estados Unidos tiene bajo desarrollo dos nuevos sistemas de ataque, y un sistema de misil hipersónico con un alcance de más de 1,600 km. El ahora extinto tratado prohibía sistemas de lanzamiento de armas con un alcance de entre 500 a 5,500 kilómetros.