El Reino Unido necesita 200.000 trabajadores inmigrantes al año para mantener la productividad y evitar consecuencias catastróficas para su economía, afirmó hoy un informe de un instituto de estudios, que desaconsejó los planes de la primera ministra británica, Theresa May, de reducir la inmigración.

Al presentar su programa electoral para las elecciones anticipadas del 8 de junio, la semana pasada, May se comprometió a limitar la inmigración neta anual a niveles de decenas de miles de personas y a duplicar el costo que un empleador deberá pagar para contratar a un trabajador calificado del extranjero.

El informe, elaborado por el grupo de reflexión británico Global Future, prevé que se necesitará una cantidad neta más de 200.000 inmigrantes al año en el futuro para evitar consecuencias catastróficas para la economía.

Sólo la demanda de mano de obra calificada en enfermería, asistencia social y construcción requerirá, por sí sola, un adicional de 47.000 trabajadores inmigrantes al año, indicó el estudio.

«Cumplir con la meta del gobierno de reducir la inmigración a menos de 100.000 no sólo será extremadamente difícil, también es abrumadoramente indeseable», sostienen desde Global Future.

El Reino Unido está cerca del pleno empleo, tiene un población envejecida y un bajo crecimiento de la productividad. Estos factores hacen de la inmigración un ingrediente esencial de una economía exitosa en los próximos años.

Según el grupo de reflexión, las negociaciones británicas con la Unión Europea (UE) en torno al Brexit se centran en hasta qué punto el Reino Unido está dispuesto a aceptar la libre circulación de personas a cambio de conservar su acceso al mercado único del bloque.

«A veces, el gobierno del Reino Unido actúa como si pudiera tener ambos, pero la opinión de Europa es clara: hay que negociar un término medio», dijo el informe.

El estudio afirma que el objetivo del gobierno de reducir la inmigración neta a decenas de miles de personas, de manera inmediata o a largo plazo, se basa en una visión política anticuada.

Para el grupo de reflexión, que cuenta con el asesoramiento de representantes de grandes empresas en el Reino Unido, la única manera de reducir la inmigración más allá de los niveles sugeridos aquí es si el crecimiento económico se bloquea.

Además, sostiene que existe un riesgo muy real de que, debido a factores como la disminución del valor de la libra y la hostilidad cultural percibida hacia los extranjeros, los empleados clave puedan abandonar el Reino Unido y que inmigrantes potenciales empiecen a favorecer otros destinos.

«En un momento de pleno empleo, el Reino Unido no puede ignorar los beneficios que la inmigración confiere en términos de un crecimiento de la productividad crónicamente bajo y las consecuencias de un envejecimiento rápido de su población doméstica», expresó el estudio.

Desde Global Future, consideran que sería un paso importante hacia la calidad y la honestidad del discurso público si los partidos políticos reconocieran que el recorte de la inmigración dañaría sustancialmente los intereses del Reino Unido y de su pueblo.

Y expresaron que debe darse prioridad a clarificar la posición sobre los ciudadanos de la UE que viven en el Reino Unido con el fin de evitar un éxodo indeseado de trabajadores.

Gurnek Bains, fundador y director ejecutivo de Global Future, dijo que «en esta elección general, los líderes políticos no han desafiado la suposición de que menos inmigración sería buena para Gran Bretaña».

«Podría ayudar a determinados políticos a ganar elecciones, pero los votantes y nuestros intereses nacionales serán los perdedores. Estos políticos no sólo están vendiendo a los votantes, también están vendiendo a nuestro país», expresó.