Ocho países de Sudamérica dieron hoy el primer paso para la construcción de “un espacio regional de coordinación y cooperación, sin exclusiones, para avanzar hacia una integración más efectiva”, lo que representa el primer paso para la conformación del Prosur, un nuevo organismo regional que parece llamado a reemplazar a la Unasur, cuestionado por su orientación ideológica.

Los presidentes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú, más el embajador de Guyana en Chile, firmaron la declaración de Santiago «para la renovación y el fortalecimiento de la integración de América del Sur».

El texto surgió después de una reunión que compartieron los mandatarios en el Palacio de La Moneda y expresa esa voluntad de avanzar hacia un Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur), un nuevo espacio que contribuya al «crecimiento, progreso y desarrollo» de los países de Suramérica.

Los ministros de Relaciones Exteriores de los países firmantes recibieron el mandato de profundizar el diálogo para implementar gradualmente el Prosur, consignó la agencia EFE.

La Declaración de Santiago fue firmada por los presidentes de Argentina, Mauricio Macri; Brasil, Jair Bolsonaro; Chile, Sebastián Piñera, Colombia; Iván Duque; Ecuador, Lenin Moreno; Paraguay, Mario Abdo Benítez, y Perú, Martín Vizcarra, junto al embajador de Guyana en Chile, George Talbot.

En tanto, los vicecancilleres de Bolivia, Carmen Almendras, y de Uruguay, Ariel Bergamino, y el embajador de Surinam en Cuba, Edgar Armaketo, no suscribieron el texto porque solo participaron como observadores, pero se mantendrán en todas las instancias próximas de dialogo y podrán ingresar cuando sus países lo decidan.

Como requisitos para entrar al Prosur el nuevo bloque establece «la plena vigencia de la democracia, de los respectivos órdenes constitucionales, el respeto del principio de separación de los poderes del Estado, y la promoción, protección, respeto y garantía de los derechos humanos y las libertades fundamentales».

Insta también a los países a tener «una estructura flexible, liviana, no costosa, con reglas de funcionamiento claras y con un mecanismo ágil de toma de decisiones que permita avanzar a Suramérica en programas concretos de integración».

El flamante bloque se propuso las cuestiones de infraestructura, energía, salud, defensa, seguridad y combate al crimen, prevención y manejo de desastres naturales como áreas prioritarias de trabajo.

Chile tendrá la primera presidencia pro-tempore de este nuevo organismo por 12 meses y luego cederá ese mando a Paraguay.

«Prosur va a ser un foro abierto a todos los países de América del Sur, un foro sin ideología que va a respetar la diversidad y las diferencias que cada pueblo decida al elegir a su Gobierno, un foro sin burocracia excesiva y un foro pragmático que va a buscar resultados», remarcó el presidente de Chile, Sebastián Piñera.

El mandatario anfitrión reseñó que hacía 5 años que los presidentes del subcontinente no se reunían por la polarización política de los foros ya existentes.

El nuevo bloque viene a alimentar una situación al menos compleja para el continente, donde coexisten la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unasur, la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el Mercosur, la Comunidad del Caribe (Caricom), el Grupo de Río, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), el Grupo de Río, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la Alianza del Pacífico.

Mientras los presidentes sesionaban, familiares de detenidos-desaparecidos y agrupaciones de derechos humanos marcharon en protesta por la presencia del brasileño Jair Bolsonaro.

En medio de un fuerte contingente policial, los familiares mostraban fotos de víctimas de la represión de la dictadura de Augusto Pinochet, a quien Bolsonaro elogió durante su campaña electoral al punto de considerar que «fueron pocos los muertos» causados por ese regimen.