La investigación de las explosiones ocurridas a fines de septiembre en los gasoductos Nord Stream 1 y 2, que conectan Rusia con Alemania bajo el mar Báltico y proveen el fluido a Europa, confirmó que en ambos casos hubo sabotajes, informó este viernes el Servicio de Seguridad de Suecia.

«El Servicio de Seguridad de Suecia está trabajando intensivamente en la investigación de las detonaciones en las cañerías del Nord Stream 1 y 2. La investigación muestra que las cañerías fueron sometidas a un burdo sabotaje», afirmó el organismo en un comunicado de prensa.

Mats Ljungqvist, el fiscal encargado de la investigación afirmó que «durante las investigaciones en el lugar del incidente, llevadas a cabo en el mar Báltico, se realizaron amplias incautaciones y se documentó exhaustivamente la zona». «Los análisis realizados ahora muestran restos de explosivos en varios de los objetos extraños encontrados», reza un comunicado de prensa de la Fiscalía». Señaló además que la investigación preliminar «es muy compleja y extensa», así como que las pesquisas en curso «deben mostrar si alguien puede ser sospechoso del delito».

«La cooperación con las autoridades de Suecia y otros países es excelente. Es importante para continuar con la investigación preliminar y las diversas colaboraciones que están en marcha que podamos trabajar en paz y tranquilidad», afirmó Ljungqvist.

Las potentes explosiones en los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2 tuvieron lugar el 26 de septiembre. En consecuencia, se detectaron fugas de gas en el mar. Las autoridades de varios países atribuyeron las explosiones a posibles actos de sabotaje.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ya declaró que detrás de estos ataques se encuentra alguien «capaz de organizar las explosiones técnicamente y que ya recurrió a ese tipo de sabotajes, y fue pillado con las manos en la masa, pero quedó impune».

El líder ruso también indicó que el incidente fue beneficioso para Estados Unidos, que ahora «puede suministrar recursos energéticos a precios más altos».

Los gobiernos de Dinamarca, Alemania y Suecia se negaron a divulgar los resultados de su investigación sobre las explosiones en los gasoductos y desoyeron las peticiones de Rusia, que solicitó que se le permitiera participar en las investigaciones.