Con el respaldo de Felipe González y José Luis Zapatero, Susana Díaz anunció hoy oficialmente su candidatura para liderar el Partido Socialista (PSOE), lo que elevó a tres la cantidad de postulantes a dirigir el principal partido de la oposición española que transita actualmente una importante crisis interna y una fuerte caída en su popularidad.

«Me siento contenta, me siento feliz porque hoy tengo el orgullo y el honor de anunciar mi candidatura a la secretaría general del PSOE», anunció hoy Díaz durante un acto en Madrid en el que participaron más de 6.000 personas.

De esta manera, y después de meses de especulaciones, el lanzamiento de Díaz clarifica y amplía la carrera por el liderazgo socialista, en la que la actual jefa del gobierno de la región de Andalucía, principal granero de votos del PSOE, competirá con el ex líder del partido, Pedro Sánchez, y el vasco Patxi López.

Acompañada por los ex presidentes de gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, Díaz pidió «ayuda» a sus compañeros de partido para que el PSOE, ahora en manos de una gestora transitoria, «vuelva a liderar un proyecto para España».

«Vamos a gobernar desde la victoria, reconciliándonos con la mayoría social», aseguró.

La hoja de ruta para definir al próximo líder socialista prevé que en mayo próximo los afiliados elijan al nuevo secretario general, que un mes después deberá ser ratificado en un Congreso Federal, el cónclave más importante para el PSOE.

«Les pido que estas (elecciones) primarias no se conviertan en una carrera de marketing, que hagamos unas primarias limpias pensando que hay 47 millones de hombres y mujeres mirándonos y que este partido se merece que sea un proceso de ilusión», señaló hoy Díaz, según informó la agencia de noticias DPA.

La aspirante a secretaria general reivindicó «una España plural» y aseguró que quiere que «se levante la voz de todos los territorios, de todos los hombres y mujeres, de todas las generaciones y de todas las sensibilidades».

Con la elección de su líder, el socialismo español pretende cerrar uno de los capítulos más oscuros de sus 137 años de historia, que comenzó en octubre pasado cuando una parte de la cúpula presionó y consiguió el desplazamiento de su entonces líder, Pedro Sánchez.

El debate de fondo era si colaboraban o no para facilitar el armado de un gobierno para el líder conservador Mariano Rajoy, luego de casi un año de gobierno interino y de bloqueo político.

Rajoy y el Partido Popular (PP) habían salido primero en las urnas, pero no tenían suficientes diputados como para formar una mayoría y gobernar. Finalmente y pese a la férrea oposición del entonces líder Sánchez, el PSOE se abstuvo y permitió que asumiera un nuevo gobierno conservador, en minoría y claramente débil.

En medio de esa puja interna del PSOE, algunas voces señalaron como responsable de la ofensiva anti Sánchez a Susana Díaz

A sus 42 años, la líder andaluza cuenta con el apoyo de algunos de los dirigentes más importantes del PSOE, que hoy expresaron su confianza en ella para unir a los socialistas y para «ganar» en un futuro al PP del conservador Mariano Rajoy.

Sin embargo, Díaz no tiene tanto peso entre la militancia, que la ha llegado a abuchear en actos públicos.

Un sector de los socialistas considera que traicionó los principios políticos al promover la maniobra interna que finalmente permitió gobernar a Rajoy.

«Sé que hay cosas que tengo que mejorar» reconoció hoy en una supuesta autocrítica.

En la vereda de enfrente de esta interna, Pedro Sánchez defiende un partido progresista opuesto frontalmente al PP de Rajoy, posición que buscará rubricar en mayo luego de su desplazamiento cinco meses atrás.

«Estamos en un momento decisivo. Sólo hay dos opciones, el PSOE del siglo XX que defiende las políticas de Rajoy o el del XXI ganador», dijo hoy en un acto en la provincia de Valencia.

A sus 45 años, una de sus grandes bazas es precisamente la militancia, que ya lo eligió secretario general pro primer vez en 2014 a través de un proceso de votación directo.

El tercer aspirante en danza es Patxi López, considerado como un potencial candidato de consenso en una batalla polarizada.

Hoy, el que fuera jefe del gobierno regional del País Vasco entre 2009 y 2012 instó a los socialistas a dejar atrás las «peleas de barrio».

«Por fin la militancia socialista conoce todas las opciones, sabe a lo que se enfrenta y puede decidir libremente qué quiere hacer con el partido», dijo a raíz del anuncio de Díaz.

En esta carrera por el liderazgo, el PSOE se juega su futuro en un momento políticamente convulso en España, en el que por primera vez cuatro grandes fuerzas -PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos- dominan el mapa político tras desterrar el bipartidismo de varias décadas.

Como segunda fuerza parlamentaria, con 85 bancas de los 350 que tiene la Cámara de Diputados, el gran objetivo del PSOE es adelantar al PP de Rajoy y volver al gobierno.

Para ello, deberá recuperar la confianza de sus votantes, que cayó en buena medida en las elecciones generales de 2015 y de 2016.