Aviones de combate y ruido de explosiones se escucharon anoche en la capital de Sudán, Jartum, luego de que las dos partes beligerantes acordaron facilitar el flujo de ayuda humanitaria a través de corredores y evitar daños a los civiles, aunque una tregua aún parece lejana, pese a la presión internacional.

El acuerdo supone la implementación de «pasos seguros para que los civiles puedan abandonar las zonas de combate en la dirección que elijan» y también «permitir y facilitar rápidamente el paso de ayuda humanitaria», así como «el paso de los trabajadores humanitarios hacia y dentro del país», informó la agencia de noticias AFP.

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En la capital de Sudán se escucharon explosiones y ataques aéreos pocas horas después de que las dos partes beligerantes firmaran el acuerdo en Arabia Saudita.

El país africano es escenario de una lucha encarnizada desde el pasado 15 de abril entre el jefe del Ejército regular, el general Abdel Fatah al Burhan, y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) del general Mohamed Hamdan Daglo.

Hasta ahora, según indicó la ONU hoy, los combates causaron más de 750 muertos y 5.000 heridos, y obligaron a salir del país a más de 200.000 personas.

Enviados de los dos generales en pugna por el poder firmaron anoche en la ciudad saudita de Yeda una «declaración de compromiso» de cuatro páginas que no habla de tregua.  

Tras seis días de negociaciones auspiciadas por Arabia Saudita y Estados Unidos, los emisarios de ambos generales cerraron la «declaración de Yeda para la protección de los civiles en Sudán», que debe permitir la salida de estos de las zonas de combate.

Aún así, las negociaciones continuarán para alcanzar una nueva tregua temporal, que permita el envío de ayuda humanitaria.

Dicha tregua -informó el Departamento de Estado norteamericano- podría durar hasta diez días.

Un testigo que se encontraba en el sur de Jartum dijo haber visto este viernes varios cazas, y escuchó ruido de explosiones y combates, mientras en el norte de la capital de cinco millones de habitantes, dijo haber oído ataques aéreos y disparos de baterías antiaéreas.

En Darfur, una gran región del oeste de Sudán fronteriza con Chad, varios testigos dieron parte de disparos de artillería en la ciudad de El Geneina.

Según la ONU, 450 personas murieron en El Geneina en los recientes combates en los que participan, además del Ejército regular y los paramilitares, civiles armados y combatientes tribales o de grupos armados locales.

Desde que comenzaron los combates ambos bandos se acusan mutuamente de matar civiles.

El Ejército dice que las FAR utilizan a la población de Jartum como «escudo humano», mientras los paramilitares denuncian ataques aéreos del Ejército sobre la capital.

Al menos 18 trabajadores humanitarios han muerto al intentar ayudar a la población civil.

La comida, el dinero y el combustible escasean, y la ONU alertó sobre el peligro del hambre en Sudán, que es uno de los países más pobres del planeta: ocupa el puesto 172º del Índice de Desarrollo Humano de la ONU, de un total de 191.

Paradójicamente, la explotación del oro destinado especialmente a la exportación en este Estado del cuerno de África alcanza cifras récord.

«La Organización Mundial de la Salud está dispuesta a enviar 110 toneladas de material médico de emergencia desde Port Sudan», una ciudad del mar Rojo, en el este del país, hacia otros destinos, pero para ello necesita garantías de seguridad, indicó ayer un portavoz de la ONU horas antes del acuerdo.

Estados Unidos espera que el acuerdo de Yeda cree una «dinámica» que permita entregar la ayuda humanitaria, explicó una alta funcionaria, reconociendo que las partes beligerantes aún no han llegado a ese escenario.