Estados Unidos ha asegurado un nuevo acuerdo comercial con Corea del Sur que supone una renegociación del tratado existente entre ambos países desde hace 6 años. El pacto va en línea con la promesa del presidente estadounidense Donald Trump de fomentar la manufactura nacional, al tiempo que será aprovechado por Seúl para evitar parte de los aranceles recientemente impuestos a varias naciones por Washington.

Según informa Reuters citando a fuentes de la Casa Blanca, el acuerdo —pendiente de ser firmado— duplica el tope anual de importaciones de automóviles de Estados Unidos a Corea del Sur —hasta 50.000 por fabricante— y otorga concesiones a compañías farmacéuticas estadounidenses en el país asiático, además de exigir una mayor transparencia a Seúl en las transacciones financieras con el fin de evitar que devalúe deliberadamente su moneda con fines competitivos.

Por su parte, Corea del Sur acordó recortar sus exportaciones de acero a EE.UU. en aproximadamente un 30 % a cambio de ser aliviada del 25 % del arancel a este producto establecido por Washington. Seúl podrá liberar de ese gravamen el equivalente al 70 % de sus exportaciones de acero a EE.UU. registradas entre 2015 y 2017, pero se mantendrá sujeta al impuesto del 10 % al aluminio tras no alcanzar ningún acuerdo respecto a ese metal.

Trump firmó a inicios de mes la imposición de aranceles a la importación de acero y de aluminio, con la exención de México y Canadá, y la aplicación tardía de los impuestos para otros socios clave de Washington, entre ellos Corea del Sur. El resto de los países afectados por la política económica de la Casa Blanca están invitados a negociar las exclusiones de las nuevas tarifas, para lo que se espera que accedan a recortes similares con el fin de evadir los aranceles.