El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió hoy en la Casa Blanca con su par palestino, Mahmud Abbas, y le prometió que hará «todo lo que sea necesario para facilitar un acuerdo» y firmar la paz con Israel, al mismo tiempo que su invitado le recordó que sólo apoyará una solución que incluya dos Estados, una opción que el flamante mandatario estadounidense relativizó hace poco.

En tanto, desde Israel, el gobierno de Benjamin Netanyahu dio otra muestra de su posición intransigente con respecto a Palestina al anunciar hoy que recortará sus aportes a las Naciones Unidas en un millón de dólares, como represalia por la resolución de ayer de la Unesco, la agencia especializada en educación y cultura, que condenó las acciones de Israel en los territorios palestinos de Jerusalén este y la Franja de Gaza y la calificó como una «potencia ocupante».

El propio premier Netanyahu le informó hoy al director general de la Cancillería, Yuval Rotem, que su gobierno «no se quedará de brazos cruzados mientras la organización niega nuestra su soberanía en Jerusalén», según un comunicado oficial, citado por la agencia de noticias EFE.

Después de la guerra de los Seis Días de 1967, Israel ocupó los territorios palestinos de Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén este. Mientras sobre los primeros dos impuso un sistema legal de ocupación militar, al tercero lo anexó a su territorial, una acción que nunca fue reconocida diplomática por la ONU o por la comunidad internacional.

Cincuenta años después, la ocupación israelí en esos tres territorios palestinos continúa y la paz parece un objetivo cada vez más difícil de alcanzar.

Trump, lleno de confianza pero sin entrar demasiado en detalle, aseguró que es posible firmar la paz entre Israel y Palestina.

«Haré todo lo que sea necesario para facilitar un acuerdo, para mediar o arbitrar cualquier cosa que ellos quieran hacer. (…) «Y lo conseguiremos», prometió el mandatario estadounidense en una conferencia de prensa conjunta con Abbas, después de una reunión a puertas cerradas.

El anfitrión reconoció que «siempre» escuchó que la paz entre israelíes y palestinos «posiblemente sea el acuerdo más difícil» de sellar. Sin embargo, el otrora empresario dio la bienvenida al desafío.
«Veamos si podemos demostrar que están equivocados», dijo Trump mirando directamente a Abbas, quien asintió con la cabeza como respuesta.

Abbas agradeció la «determinación» y el «deseo» expresado por su par estadounidense para conseguir la paz con Israel, pero le recordó cuál es su posición inalterable.

«Nuestra única y estratégica posición es alcanzar la solución de los dos Estados, el Estado de Palestina con Jerusalén este como su capital y vivir al lado y en paz, con seguridad y estabilidad con el estado de Israel, a lo largo de las fronteras de 1967», ratificó Abbas en la conferencia de paz.

«Somos el único pueblo del mundo que sigue estando ocupado y, por eso, estamos buscando nuestra liberta, nuestra dignidad y nuestro derecho a la autodeterminación», agregó.

Pese al inicio conflictivo que tuvo la relación entre Trump y Abbas -el magnate estadounidense hizo campaña declarando su apoyo incondicional a Israel, lo que reiteró durante sus primeros meses-, el mandatario palestino dijo que confía «plenamente en Dios, y después en usted», en referencia a su anfitrión.

La agencia de noticias oficial de Palestina, Wafa, informó hoy que el objetivo de Abbas en esta visita es aclarar cuál será «el papel» que asumirá el gobierno de Estados Unidos en una eventual reanudación de las negociación de paz con Israel.

Desde que en 2014 se interrumpió el último intento de diálogo de paz, impulsado por el ex presidente estadounidense Barack Obama, Israel continuó expandiendo sus colonias en Cisjordania y Jerusalén este con miles de viviendas nuevas.

Este año, después de visitar a Trump en la Casa Blanca, Netanyahu anunció no sólo más construcciones, sino que levantará una colonia completamente nueva en los territorios palestinos, algo que no sucedía hace décadas y que muchos analistas lo vieron como una consecuencia directa del férreo apoyo del nuevo presidente de estadounidense.