El presidente de EEUU, Donald Trump, recibió este miércoles en la Casa Blanca a su homólogo de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y destacó su «larga amistad» con él a pesar de la persistente polémica en Washington por la invasión turca en el norte de Siria y la reciente compra de Ankara de misiles antibalísticos rusos.

«El presidente (Erdogan) y yo hemos sido muy buenos amigos desde hace mucho tiempo, casi desde el primer día, y entendemos nuestros respectivos países», dijo Trump al comienzo de la reunión.

«Entiendo los problemas que han tenido ellos, que incluyen a mucha gente de Turquía asesinada en el área en cuestión (el norte de Siria). Y él también tenía que hacer algo respecto a eso», añadió, justificando aparentemente la ofensiva turca en Siria de octubre último.

Trump aseguró que quiere «expandir muy significativamente la relación comercial» con Turquía, hasta los 100.000 millones de dólares de intercambio anual, y subrayó que «el alto el fuego» en el norte de Siria «se está manteniendo muy bien», a pesar de los frecuentes informes de choques y violencia en la zona.

«Nos vamos a quedar con el petróleo. Tenemos el petróleo. El petróleo está seguro, hemos dejado tropas allí (en Siria) solo por el petróleo», subrayó Trump, citado por la agencia de noticias EFE.

Estados Unidos desplazó hace dos semanas a unos 200 soldados al noreste de Siria para evitar que el grupo extremista Estado Islámico (EI) arrebaten los campos petrolíferos a las milicias kurdas, pero nadie más en el Gobierno de Trump ha repetido hasta ahora su insistencia en que Washington se «quedará» con el crudo.

A comienzos de octubre, Trump generó una oleada de críticas al ordenar la retirada de las tropas estadounidenses del norte de Siria después de hablar con Erdogan y de que este le dijera que planeaba lanzar una ofensiva contra las milicias kurdosirias en la zona.

La controversia fue tan fuerte en Washington que Trump llegó a imponer sanciones a tres ministros turcos como represalia por la ofensiva contra unas milicias que eran las aliadas de EEUU en la lucha contra el EI, pero las levantó en cuanto se acordó un alto el fuego permanente en el área.

Sin embargo, su decisión de recibir a Erdogan en la Casa Blanca ha generado fuertes críticas en EEUU y no solo de la oposición demócrata, también del oficialista Partido Republicano.

«Comparto la incomodidad de mis colegas al ver al presidente Erdogan homenajeado en la Casa Blanca», aseguró el líder de la mayoría republicana en el Senado de EEUU, Mitch McConnell, en el pleno del hemiciclo antes de la reunión.

La Casa Blanca parece haber dado por cerrado el capítulo de Siria, más allá de insistir en que se garantice la seguridad de las minorías étnicas y religiosas en el norte del país, pero hay otro tema que aún irrita la relación bilateral.

Se trata de la compra este año por parte de Turquía de un sistema de misiles S-400 ruso, una medida que pone en duda su compromiso con la OTAN y por la que el Congreso estadounidense quiere imponer sanciones a Ankara.

Trump se ha resistido hasta ahora a imponer esas sanciones, pero fuentes de la Casa Blanca reconocieron este martes que ese tema tendría un peso importante en las negociaciones con Erdogan.