Un apagón afectó la central atómica subterránea de Irán, ubicada en Natanz, y las autoridades de ese país hablaron de «terrorismo nuclear», lo que eleva las tensiones en Medio Oriente.

Ali Akbar Salehi, director del organismo de energía atómica de Irán, dijo en un comunicado que era necesario que la comunidad internacional y el organismo de inspección nuclear internacional (OIEA) «hagan frente a este terrorismo antinuclear».

Salehi no acusó a nadie en particular, pero varios medios israelíes, que tienen estrechos contactos con el Ejército y la inteligencia del país, afirmaron que Natanz fue blanco de un ciberataque, aunque ninguno de los informes citó fuentes.

Si Israel estuviera detrás del «apagón», o tan solo si Irán lo acusara, es de esperar un aumento de la enemistad histórica entre ambos, que desde hace tiempo libran un conflicto soterrado en todo Medio Oriente.

El hecho también podía complicar esfuerzos de Estados Unidos, el principal aliado de Israel en materia de seguridad, de retornar al acuerdo nuclear que las potencias firmaron con Irán en 2015.

El pacto buscaba limitar sus actividades de enriquecimiento de uranio de Irán a cambio de un levantamiento de sanciones, pero saltó por los aires cuando el Gobierno del expresidente estadounidense Donald Trump retiró a su país de manera unilateral en 2018.

Justo cuando se conocía la noticia del apagón, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, aterrizaba en Israel para mantener conversaciones con el primer ministro Benjamin Netanyahu.

Más temprano, el vocero del programa nuclear civil iraní, Behrouz Kamalvand, informó a la TV estatal que la luz se había cortado en Natanz tanto en los talleres de trabajo que quedan en la superficie como en las cámaras de enriquecimiento subterráneas. «Aún no conocemos la razón de este corte de electricidad y debemos investigarlo más», dijo.

«Afortunadamente, no hubo víctimas ni daños y no hay ningún problema de contaminación», agregó, citado por la cadena CNN. Consultado por el canal sobre si se trataba de un «defecto técnico o de un sabotaje», Kamalvandi dijo que prefería no comentar.

Malek Shariati Niasar, un legislador que es el vocero de la Comisión de Energía del Parlamento, escribió en Twitter que el incidente era «muy sospechoso» y que hacía pensar en algún «sabotaje o infiltración».

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), encargado de verificar las actividades nucleares de los países que lo integran, declinó hacer comentarios.

«La República Islámica de Irán, al tiempo que condena esta acción inútil, subraya la necesidad de que la comunidad internacional y el OIEA hagan frente a este terrorismo antinuclear», dijo Salehi horas después en su comunicado.

El Gobierno israelí ha dicho varias veces que no permitirá nunca que Irán desarrolle armas nucleares, una intención que la República Islámica siempre ha negado.

Ayer, las autoridades iraníes activaron nuevas cascadas de centrifugadoras que permitirán enriquecer más rápidamente uranio, pero cuyo uso prohíbe el acuerdo sobre el programa nuclear de Teherán de 2015.

La decisión coincidió con negociaciones iniciadas la semana pasada entre Irán y el resto de Estados que permanecieron en el acuerdo – China, Francia, Alemania, Reino Unido y Rusia – sobre cómo reintegrar a Estados Unidos en el pacto.

El Gobierno estadounidense de Trump restableció sanciones económicas y financieras contra Irán tras sacar a su país del acuerdo en 2018. Desde entonces, Irán ha ido incumpliendo progresivamente algunas de las cláusulas más sensibles, mientras exige que Estados Unidos levante las sanciones.