El Jornal do Brasil, un diario fundado en 1896 que durante décadas fue un medio líder de Rio de Janeiro, volvió a los kioscos después de ocho años de difusión exclusiva en internet.

La iniciativa fue bien recibida por los cariocas, que en pocas horas agotaron los 40.000 ejemplares de la primera edición el domingo. «El retorno de la edición impresa tuvo un éxito enorme», se congratuló el rotativo en la edición de este lunes, que redujo su impresión a la que debería ser su tirada habitual, de 20.300 ejemplares, en la primera etapa de su operación retorno.

La primera página del primer número estaba ilustrada con un dibujo de la estatua del Cristo Redentor que domina la ciudad, con una frase: «Rio tiene solución», en referencia a las crisis económica y de seguridad y a los escándalos de corrupción que atormentan a los cariocas.

La primera edición tenía largas notas de políticos prominentes, tanto del estado de Rio como del país, entre ellos el presidente conservador Michel Temer y el exmandatario de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).

El proyecto, que parece ir a contramano de la digitalización creciente de los medios, fue lanzado por el empresario Omar Resende Peres, de 60 años, conocido como «Catito», que hizo fortuna en la industria naval.

El plantel inicial cuenta con una treintena de periodistas. «Nuestro plan de negocios está basado en la venta en los kioskos», sin apostar en todo caso inicialmente por un aflujo de ingresos publicitarios ni en los abonos, dijo Resende en una entrevista con el diario Folha de S. Paulo.

Los estudios de mercado señalaron un potencial de «50.000 a 100.000 lectores por día» en Rio. Resende trató infructuosamente en varias ocasiones de ser elegido diputado y en las redes sociales se dice que podría tratar de obtener la gobernación del estado de Rio en las elecciones generales de octubre, como candidato del Partido Demócrata Trabalhista (PDT, centro-izquierda).

El JB fue un diario de referencia durante más de un siglo y se destacó por su oposición a la dictadura militar (1964-85). Pero sus ventas cayeron aceleradamente a fines de la década de 1990, a medida que se imponía O Globo, su competidor histórico.

En 2010, cuando optó por una edición 100% digital, el grupo afirmó que estaba «por delante de su tiempo» y hasta evocó razones ecológicas para renunciar al papel, procedente de la tala de árboles.