Un potente tifón con vientos de hasta 216 kilómetros por hora arrasó este sábado la isla de Okinawa, en el suroeste de Japón, dejando al menos 17 heridos, antes de dirigirse este fin de semana a otras regiones del archipiélago.

El tifón Trami alcanzará la isla principal de Honshu a primera hora del domingo, y se espera que el mal tiempo siga en numerosas regiones hasta el lunes. Unos 700 habitantes tuvieron que buscar refugio en albergues y más de 200.000 hogares se quedaron sin electricidad.

En imágenes de las televisiones locales, se veían ramas de árboles caídas que bloqueaban una calle de la ciudad de Naha y grandes olas rompiendo contra diques, mientras la lluvia se abatía de forma casi horizontal.

Al menos 386 vuelos fueron anulados, principalmente en el oeste de Japón. Por su parte, los ferrocarriles japoneses anunciaron la suspensión de todos sus trayectos en la región de Osaka, y ello hasta el domingo a mediodía.

Diecisiete personas resultaron ligeramente heridas en accidentes vinculados con el paso del tifón en Okinawa, y varias casas resultaron dañadas, pero no hubo muertos, según declararon responsables locales.