Los contenidos que posteamos en redes sociales, blogs o sitios de internet dejan una huella digital de la cual muchos usuarios no tienen conciencia, y la responsabilidad jurídica por el impacto que generen es de los individuos y no de las plataformas digitales, explicaron especialistas en derechos humanos y protección de datos en ambientes digitales.

Pese a las campañas de concientización, «la gran mayoría de los usuarios se mueve aún en internet bajo una falsa sensación de anonimato», dijo el asesor jurídico del centro de protección de datos personales de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Cristian Miller.

«Quizá porque lo hacen desde sus casas o porque los otros, con quienes interactúan, no pueden verlos; pero lamentablemente falta mucho todavía para que los usuarios tengan suficiente conciencia de que lo que hacen en la web puede tener consecuencias reales y muy dolorosas», agregó.

El experto subrayó que «la nota característica de Internet es su memoria. Lo que uno dice, lo que uno comparte, deja de estar bajo nuestro control y queda a merced de terceros, que pueden utilizar ese material para dañarnos, incluso, mucho tiempo después».

Al respecto, la referente de Fundación Vía Libre, Beatriz Busaniche, consideró que «es difícil saber el nivel de conciencia -de las personas cuando están posteando comentarios o subiendo fotos en internet- porque uno ve que estas prácticas se repiten y la gente lo hace con tranquilidad, sin problemas».

Busaniche señaló que situaciones como la difusión mediática de tuits de años atrás de algunos jugadores de Los Pumas «puede hacer que la gente tome más conciencia, pero no es la primera vez que pasa. Hay gente que ha perdido sus empleos por haber hecho comentarios violentos, xenófobos o racistas».

La experta agregó que «es muy difícil borrar las expresiones de las que hoy podemos sentirnos avergonzados», ya que aunque las plataformas permitan eliminar el posteo, si alguien leyó, capturó y guardó el contenido, siempre es posible que esté en algún lado de la red.

Miller puso como ejemplo el «derecho al olvido», que es el «derecho a deslistar resultados de los buscadores de internet que, por el paso del tiempo o el cumplimiento de su finalidad ya no son pertinentes»; pero aclaró que no implica «editar nuestro pasado a voluntad».

Al respecto, Miller agregó que «como en la vida, uno debe ser responsable individualmente y de cara a la sociedad; nadie anda por la calle gritando sus datos personales, compartiendo detalles íntimos, ni insultando o agrediendo al primero que se le cruce, porque sabemos que habrá consecuencias. En internet debemos hacer lo mismo», agregó Miller.