El informe detalló que el país se encuentra en la actualidad,  con 13 megabits por segundo, detrás de Chile; y además, aseguró que el país es el segundo en la región en velocidad de adopción de 4G, antecedido por Perú.

«Las redes móviles son el presente y el futuro de las comunicaciones. En todo el mundo, estas tecnologías avanzan de forma acelerada y América Latina no es la excepción«, subrayó la Asociación GSM (abreviadamente Gsma, que es una organización de operadores móviles y compañías relacionadas, dedicada al apoyo de la normalización, la implementación y promoción del sistema de telefonía móvil GSM) que «las redes 4G viene creciendo significativamente en los últimos meses». Así remarcó que «en este contexto, la Argentina tiene un rol protagónico en el despliegue de redes del sistema 4G en la región, a partir de la subasta de adjudicación de espectro radioeléctrico que el Estado nacional realizó en 2014».

De esta manera, con sólo diez meses transcurridos desde la adjudicación delas bandas de frecuencia a las operadoras móviles, el informe destaca la velocidad del sistema 4G argentino y ubica al país como el segundo en poseer la red de LTE (significa Long Term Evolution, es un estándar de comunicaciones móviles) más rápida de la región, detrás de Chile y a la par de Colombia y Brasil, con una velocidad de descarga promedio de 13 Mbps.

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Entre los 17 países estudiados, la Argentina se encuentra por encima del promedio regional, con un 33%, en relación con el porcentaje total de celulares conectados aunque, según afirma el relevamiento, tiene margen para seguir creciendocelularescelulares

A junio de 2015 llevaban vendidos más de 2 millones de teléfonos inteligentes en el país y más de 1 millón de personas hacían uso de las redes LTE. Una muestra del interés de los argentinos en adoptar las novedades tecnológicas es que el 75% de los usuarios de servicios móviles cambia su teléfono antes de los dos años de uso. Según cifras de la consultora Carrier Asociados, el 43% de los argentinos cambian el equipo una vez al año, y el 32% lo hace entre uno y dos años. Este fenómeno responde a cierta popularización reciente de los smartphones, en consonancia con el crecimiento económico que vivió la Argentina en los últimos años.

Por otra parte, la penetración real de líneas móviles en uso sobre cantidad de habitantes en la Argentina es del 69,7%, por lo que el país se ubica segundo en el ranking regional, solo superado por Chile que llega al 72,8%, de acuerdo con cifras de Strategy Analytics.

En mayo de 2014 se lanzó en la Argentina el llamado a licitación pública de las bandas de frecuencias del espectro radioeléctrico para operar el servicio de Internet móvil 4G en todo el país, además de un excedente de bandas de frecuencias para operar el servicio móvil 3G, con el propósito de promover el acceso igualitario al servicio en todo el país y fomentar el desarrollo tecnológico nacional.

Si se compara la subasta nacional de 4G con los procesos ocurridos en otros países de la región, la Argentina ocupa el tercer lugar detrás de Canadá y Estados Unidos, entre los países con mayor recaudación de dólares por MHz por habitante.

Este dato es muy significativo porque garantiza que se pague un precio justo por un recurso natural, limitado y escaso como es el espectro radioeléctrico. Vale la pena destacar las exigencias establecidas por el concurso argentino en relación con lo que ocurrió en otros países de Latinoamérica.

El Estado nacional incluyó en esta licitación de telefonía móvil exigencias para el despliegue de la red por parte de las prestadoras. Entre ellas, se establecieron cinco etapas, con plazos y obligaciones de calidad que buscan promover un acceso igualitario a esta tecnología en todo el país.

Otros principios fundamentales establecidos en el pliego de bases y condiciones fueron: garantizar los derechos de los usuarios, promover el acceso a los servicios de comunicaciones móviles a las personas que habitan en zonas desatendidas, fomentar el desarrollo tecnológico nacional y compatibilizar el desarrollo del sector con los objetivos de política macroeconómica, balance de divisas y crecimiento económico del país.