En Suecia existe el permiso paternal soñado por todos. Los padres y madres se pueden tomar 480 días (16 meses) compartidos. Sólo hay una condición: los papás tienen que compartir ese permiso con las mamás. Para promover que ambos padres críen a sus hijos, el gobierno sueco ordenó que al menos 60 de los 480 días sean “días para papá” o “días para la pareja”. Si no se usan los 60 días para el padre, se pierden, por lo que se reduce el permiso máximo a 420 días.

El gobierno incluso otorga una bonificación. Se paga el 80% del salario de 390 días y hasta un máximo de 3.600 dólares al mes. Para los días restantes se paga una cuota fija de 23 dólares al día. También existe un “bono por igualdad de género”: entre más equitativamente se dividan los días de permiso entre los padres, mayor dinero se recibe.

El objetivo de todo esto es que la crianza de los hijos no sea de exclusiva responsabilidad de las madres. La extensión de la licencia permite que los hijos desarrollen un vínculo más estrecho con los padres.

Pero aunque suene insólito, sólo un 12% de los padres utiliza este beneficio. Es por esto que el fotógrafo sueco Johan Bävman quiso documentar el mundo de los padres que sí se toman este permiso para concienciar a otros para que también dediquen este tiempo a sus hijos.