Los adelantos de la robótica y la big data y su aplicación al campo de la Medicina será el eje del congreso por la XVIII Semana de Intervencionismo Mínimamente Invasivo 2019 (SIMI), que comenzará mañana en la ciudad de Buenos Aires y reunirá a más de 1.000 especialistas de varios países.

Según un estudio publicado este año por el Journal of Clinical Medicine, en los últimos cuatro años se triplicó la investigación sobre inteligencia artificial aplicada a la salud, mientras que si se compara con el periodo 1997-2007, es siete veces mayor.

Los especialistas aseguran que el punto de inflexión estuvo determinado por el descubrimiento de la función de un gen de levadura por parte del robot llamado Adam, el 22 de junio de 2007, hecho que determinó que las maquinas también podían realizar hallazgos.

Tratamiento del ACV

Durante el SIMI, que finalizará el viernes, expertos del mundo debatirán y compartirán sus experiencias sobre robots endovasculares, big data y neurocardiología, simulación virtual preoperatoria en neurocirugía y aplicación de la inteligencia artificial en el tratamiento del ACV, entre otros.

“Hoy ya es posible, por ejemplo, con el machine learning, una tecnología derivada de la inteligencia artificial donde la máquina de manera autónoma aprende de sus errores, predecir futuros eventos como la presencia de placas coronarias de alto riesgo o estimar la extensión de la secuela luego de un ACV”, explicó Pedro Lylyk, presidente del SIMI 2019.

El neurocirujano detalló que en la Argentina y el mundo ya hay centros de salud que incorporaron la robótica en las técnicas quirúrgicas, que lograron «mayor precisión y destreza, neutralizaron los temblores de las manos y mejoraron la visualización mediante reconstrucciones tridimensionales», entre otras ventajas.

“La máquina no reemplaza a la persona”

“Si bien la robotización quirúrgica también posibilita la asistencia de un cirujano a distancia, es decir, operar a kilómetros de distancia, eso no implica que el trabajo del humano es reemplazado por la máquina, al contrario, lo refuerza», retomó Lylyk.

El especialista explicó que la inteligencia artificial «no responde por sí misma, sino por la experiencia del ser humano desarrollada a lo largo de la historia».

«Si el humano desarrolla un procedimiento incorrecto durante muchos años y la inteligencia artificial lo toma como parte del conocimiento, entonces la inteligencia artificial también se equivocaría”, argumentó Lylyk.