Investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) han desarrollado un sensor sin batería que puede funcionar de manera autónoma, aprovechando la energía magnética de su entorno. Este avance representa un gran paso en la tecnología de sensores, especialmente para su uso en lugares de difícil acceso.

El sensor, diseñado para no requerir baterías ni conexiones eléctricas especiales, es ideal para ubicaciones de difícil acceso, como en el interior de maquinarias pesadas. Este dispositivo es capaz de recolectar datos de forma autónoma sobre el consumo de energía y operaciones de la maquinaria durante largos periodos.

La clave del sensor reside en su capacidad para cosechar energía del campo magnético presente en el aire alrededor de un cable eléctrico. Simplemente al colocar el sensor alrededor de un cable, este comienza a recolectar y almacenar energía, que luego utiliza para monitorear parámetros como la temperatura del motor al que está conectado.

Instalación y mantenimiento

Steve Leeb, profesor de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación en el MIT, destaca la facilidad de instalación del sensor debido a su capacidad de alimentarse de energía ambiental. Daniel Monagle, estudiante de posgrado del MIT y autor principal del estudio, señala que el diseño del sensor es una solución práctica y realizable, que podría inspirar a otros a desarrollar sus propios sensores autónomos.

Desafíos superados en el diseño

Para desarrollar este sensor, los investigadores superaron varios desafíos técnicos:

  • Arranque en frío: El sistema puede activar sus componentes electrónicos sin un voltaje inicial, almacenando energía hasta alcanzar un umbral necesario para su funcionamiento.
  • Almacenamiento y conversión eficiente de energía: Sin usar baterías, el sistema utiliza capacitores para almacenar energía en un campo eléctrico entre placas conductoras, optimizados para almacenar la energía necesaria y evitar largos tiempos de carga.
  • Gestión de energía inteligente: Se desarrollaron algoritmos para medir y gestionar la energía recolectada, almacenada y utilizada, garantizando un funcionamiento eficiente del sensor.

El sensor se presenta como una revolución en la innovación tecnológica al medir la temperatura y transmitir datos por Bluetooth, con perspectivas de adaptación a fuentes de energía alternativas. John Donnal destaca su importancia en entornos marítimos, donde la monitorización eficiente sin infraestructuras costosas ofrece oportunidades en sectores industriales.

El compromiso del equipo del MIT de explorar métodos de transmisión de datos menos intensivos en energía promete mejorar aún más las capacidades de estos sensores, allanando el camino para un monitoreo preciso y menos intrusivo en diversos entornos.