A comienzo de este mes de abril, la red social más popular, Facebook, tuvo una importantísima filtración de datos de sus usuarios. En total fueron 533 millones de 106 países, de los cuales 32 millones en Estados Unidos, 11 millones en el Reino Unido, 6 millones en India y más de 2 millones de usuarios argentinos.

Ahora, la compañía puede afrontar consecuencias legales por esta negligencia en la protección de los datos de sus usuarios.

La Data Protection Commision (DPC) irlandesa -la agencia de protección de datos del país- ha abierto una investigación a la empresa de Mark Zuckerberg tras una reunión con Didier Reynders, el comisario de Justicia de la Unión Europea que animó a los irlandeses a «seguir de cerca» este caso y garantizó el apoyo de la Comisión a la investigación.

Al tener Facebook su sede física europea en Irlanda, es la agencia de protección de datos de dicho país la responsable europea de controlar la actividad de la compañía. Facebook se ha limitado a reaccionar asegurando que estaba “cooperando” con la investigación iniciada.

En el comunicado emitido por la DPC se explica que, basándose en la información proporcionada por Facebook Irlanda, “una o más disposiciones del RGPD y/o de la Ley de Protección de Datos de 2018 pueden haber sido o están siendo infringidas en lo que se refiere a los datos personales de los usuarios de Facebook».

Facebook se escuda en que la información robada ya estaba disponible en los perfiles hackeados, y amparándose en esa razón ha decidido no notificarle a los usuarios que han sido afectados por esta fuga de datos.