La libertad global de Internet disminuyó por noveno año consecutivo, durante 2019, acorralada por la manipulación electoral en redes sociales que practican «gobiernos en todo el mundo» y por el monitoreo de sus ciudadanos, que «desvía la tecnología hacia el autoritarismo», advirtió hoy el informe internacional «Freedom of the Net».

La última edición del reporte anual de la organización Freedom House subrayó que el autoritarismo digital «se ha extendido rápidamente por todo el mundo» de la mano de «regímenes represivos» y «operativos partisanos sin escrúpulos» que explotan los espacios no regulados de las plataformas de redes sociales, «convirtiéndolos en instrumentos para la distorsión política y el control social».

Uno de los principales riesgos divisados a lo largo del año fue el uso de «militantes virtuales» y bots en redes sociales para distorsionar la política nacional en época de elecciones, prácticas de «interferencia doméstica» que mancharon el panorama virtual en 26 de los 30 países evaluados que celebraron comicios nacionales en 2019.

En concreto, «grupos virtuales semiautónomos, muchas veces en conjunto con personalidades de medios y magnates empresariales pro-gubernamentales, transmitieron teorías conspirativas, opiniones incendiarias y memes engañosas desde cámaras de eco marginales a la corriente dominante de la política», precisa.

La desinformación fue la táctica más utilizada, aunque en algunos países los gobiernos, además, bloquearon páginas web o prohibieron el acceso a Internet «en un intento desesperado de aferrarse al poder».

«Muchos gobiernos han descubierto que la propaganda funciona mejor en las redes sociales que la censura», señaló Mike Abramowitz, presidente de la ONG con sede en Washington.

«Los líderes autoritarios y populistas en todo el mundo se están aprovechando tanto de la naturaleza humana como de los algoritmos informáticos para conquistar el voto, ignorando las reglas que fueron diseñadas para garantizar elecciones libres y justas», agregó la organización en un comunicado.

Otro de los peligros observados el último año fue una tendencia creciente de gobiernos de «todo espectro democrático» a monitorear «de forma indiscriminada» el comportamiento online de sus ciudadanos para detectar amenazas y, en algunos casos, para callar a la oposición.

En 40 de los 65 países analizados, los gobiernos emplean técnicas de big data y «sistemas sofisticados de vigilancia masiva» para mapear con velocidad las relaciones entre usuarios, asignar un significado a sus publicaciones e inferir sus ubicaciones pasadas, presentes, o futuras.

«El aprendizaje automático permite a los programas encontrar patrones tal vez invisibles a los seres humanos, e incluso identificar categorías de patrones totalmente nuevas para una investigación adicional», detalló.

Estas herramientas de monitoreo «han reducido la capacidad de ciudadanos para expresarse libremente y de participar activamente en la vida cívica de sus países por Internet».

“Herramientas big data de espionaje y vigilancia, antes usadas exclusivamente por las agencias de inteligencia más poderosas, ahora están siendo usadas en todo el mundo”, dijo Adrian Shahbaz, director de investigación de Freedom House.

El estudio presentado hoy en Washington analizó temas como acceso a Internet, libertad de expresión y privacidad en 65 países de todos los continentes, que concentran, en conjunto, el 87% de los usuarios de Internet del mundo.

De esos países, 33 tuvieron una disminución general desde junio de 2018, en comparación con 16 que registraron mejoras netas.

Los mayores descensos se observaron en Sudán y Kazajstán, seguidos por Brasil, Bangladesh y Zimbabwe.

Argentina, considerada entre los países con mayor grado de libertad (el único de la región dentro de este grupo), no tuvo modificaciones respecto del año pasado.

Para la ONG estadounidense, «China es el peor agresor del mundo contra la libertad en Internet por cuarto año consecutivo», con un nivel de censura «sin precedentes».