Los perros tienen el cerebro más grande que los gatos, porque son más sociables, mientras que los felinos llevan una existencia más solitaria. A esta conclusión llegaron investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) tras analizar la historia evolutiva del cerebro de diferentes mamíferos durante los últimos 60 millones de años. Según publicaban Susanne Shultz y sus colegas en la revista PNAS, existe un vínculo entre el tamaño del cerebro y el grado de sociabilidad de un determinado mamífero. Así, los cerebros que más han crecido a lo largo del tiempo pertenecen a monos, seguidos de caballos, delfines, camellos y perros. El trabajo muestra también que animales más solitarios como los gatos, los ciervos y los rinocerontes apenas han aumentado el tamaño de su materia gris durante el mismo período de tiempo.

Del estudio también se deduce que los mamíferos con el cerebro grande tienden a vivir en grupos socialmente estables. «La cooperación y coordinación que se necesitan para vivir en grupo suponen un reto, y a lo largo del tiempo algunos mamíferos han desarrollado un cerebro más grande para atender a esas demandas de la socialización», concluye Schultz.