El «taxi volador» está a la vuelta de la esquina. El fabricante de motores británico Rolls-Royce reveló esta semana su proyecto de desarrollar un vehículo eléctrico híbrido que despega y aterriza verticalmente, y podría estar en el aire en un plazo de cinco años.

Rolls Royce anunció sus planes en el Salón Aeronáutico de Farnborough, cerca de Londres, en momentos en que otros grupos industriales exploran este prometedor sector. El grupo automovilístico y aeronáutico espera fabricar, en los próximos 18 meses, un prototipo de su «taxi volador» que podría estar activo a principios de la década de 2020.
El EVTOL -Vehículo Eléctrico de Despegue y Aterrizaje Vertical- de Rolls Royce tendría capacidad para cuatro o cinco pasajeros y podría alcanzar una velocidad máxima de 322 km/h, con una autonomía de vuelo de 805 km.

«Veremos volar un producto similar en este mercado en un plazo de entre tres y cinco años, y haremos una demostración del sistema dentro de dos años», dijo Rob Watson, encargado de la división eléctrica de Rolls-Royce.

El vehículo híbrido, en cuyo desarrollo se han invertido ya varios millones de libras (1 GBP = 1,1 EUR, 1,3 USD), utilizará una turbina de gas tradicional completada por un sistema eléctrico.
Rolls-Royce estudia paralelamente un producto 100% eléctrico que no es sin embargo tan evolucionado como el «taxi volador» híbrido. «Hay un mercado emergente de aviones totalmente eléctricos pero creemos que existe un nivel de requisitos que hoy un sistema totalmente eléctrico no puede proveer», agregó Rob Watson.

«El todo eléctrico es el medio para moverse por una ciudad (…) pero para ir de Londres a París querremos un artefacto que permita recorrer esa distancia. Y son los sistemas de propulsión híbrida los que ocuparán ese mercado», asegura Rob Watson.

El viraje de la industria aeroespacial hacia la propulsión eléctrica recuerda al de la industria del automóvil, en la que los coches eléctricos ganan terreno en términos de popularidad y de desempeño.