Una de cada 10 empresas industriales argentinas es considerada tecnológicamente avanzada y cuatro de ellas están tomando acciones para intentar cerrar la brecha, mientras que las restantes aún no comenzaron ese proceso de integrarse a la Cuarta Revolución Industrial, según un documento difundido hoy por la Unión Industrial Argentina (UIA).

Se trata de la investigación «Industria Argentina 4.0: hacia la transformación productiva» elaborado por el Instituto para la Integración de América Latina del BID, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) y la UIA para conocer el estado de la innovación tecnológica en la industria argentina.

A través de una encuesta, el trabajo indagó a empresas de seis ramas de la industria manufacturera argentina, sobre el grado de penetración actual y esperado de las nuevas tecnologías y sobre el impacto actual y esperado sobre la demanda de trabajo en las firmas del sector.

La encuesta alcanzó a 307 firmas de las ramas de alimentos procesados, siderurgia y metalmecánica, vehículos livianos y piezas y accesorios, textil, maquinaria agrícola y biofarma, y la cobertura geográfica incluyó ciudad y provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Tucumán y Mendoza.

Según el relevamiento, el profundo entramado industrial argentino presenta un uso incipiente de las tecnologías 4.0 ya que 10% de las empresas cuenta con estas tecnologías, pero casi 50% no ha tomado medidas para adoptar los beneficios de la Cuarta Revolución Industrial.

Paralelamente, en lo que respecta a la cuestión laboral, entre 10% y 15% de las empresas viene demandando trabajadores con habilidades tecnológicas.

Las empresas que lideran el proceso de transformación tecnológica suelen ser compañías medianas y grandes, exportadoras y que invierten en su desarrollo tecnológico, sobre todo al contratar servicios de tecnologías digitales y su principal traba es la falta de una infraestructura digital adecuada.

A mitad de camino hacia la cumbre tecnológica se encuentran las empresas de desarrollo tecnológico intermedio, en su mayoría pymes no exportadoras, pero que invierten en mano de obra que maneja las nuevas tecnologías pero que padecen la falta de financiamiento para la adopción de nuevas tecnologías y la ausencia de recursos humanos adecuados.

Las tecnológicamente inactivas -alrededor de la mitad- son en su mayoría micro y pequeñas empresas no exportadoras, con menores niveles de inversión, sobre todo en desarrollo tecnológico.

El gran desafío de la industria manufacturera argentina es cómo escalar hacia la cima tecnológica.

Para alcanzar el objetivo es indispensable diseñar estrategias público-privadas sobre infraestructura digital, financiamiento y formación de recursos humanos, destacó el informe.