Este sábado se conoció la noticia de la muerte de Angélica Gorodicher, una de las escritoras más emblemáticas que tuvo la ciudad. Si bien nació en Buenos Aires en 1928, se radicó en Rosario desde muy pequeña y fue en donde cursó sus estudios, en el Normal Nº 2, y luego hizo su paso por la Facultad de Filosofía y Letras de Universidad Nacional del Litoral.  Entre sus obras se destacan “Las nenas”, “Palito de naranjo” e “Historias de mi madre”, entre más de una treintena de libros de novela y cuento, como también biografías y ensayos.

Hija de un comerciante y una poeta que también se llamaba Angélica, pese a considerarse feminista desde temprana edad, eligió firmar con el apellido de su esposo Sujer o «El Goro», como ella le decía afectuosamente. En alguna oportunidad confesó que era para no “parecerse o confundirse con su madre” quien también escribía.

Se casó en 1948 con el arquitecto Sujer quien fue su único esposo y con quien eligió vivir en una casona de la zona sur de la ciudad.

Ganó su primer galardón en 1964 en un concurso organizado por la revista Vea y Lea con un cuento policial al que tituló “En verano y a la siesta con Martina”. En 1988 obtuvo la beca Fulbright, lo que la ayudó a formar parte del programa internacional de la Universidad de Iowa, Estados Unidos. Con una posterior beca, tres años más tarde, dictó clases en la Universidad de Northern, en Colorado.

Participó como jurado en incontables certámenes literarios, tanto de la Argentina como del extranjero. Señala su sitio en internet que dictó a lo largo de su carrera más de 350 conferencias, en su mayor parte sobre literatura fantástica, y “también acerca de la escritura femenina”.

Sus obras fueron traducidas al inglés, francés, alemán y por estos tiempos estaba por serlo al italiano y al griego. Integró numerosas antologías, sólo por nombrar algunas, “Mi madre sobre todo” editada por Fundación Ross con un extenso cuento que hablaba sobre Eva Duarte de Perón.

Este sábado las letras en Rosario están de duelo. Murió Angélica Gorodischer, una de las escritoras más resonantes en el género de la ciencia ficción en Latinoamérica.

 

Sin filtros ni ataduras

Angélica tenía la particularidad de ser una persona locuaz, sin poner reparo a la hora de decir lo que pensaba, ya fuera en materia literaria, feminista o política, tanto a través de la escritura como de la oralidad. Fue una mujer muy especial, comprometida y con lucidez y un particular sentido del humor.

En una entrevista que dio a Eterna Cadencia en 2013, cuando le preguntaron cuál era el libro que le hubiera gustado escribir dijo:

“El libro que me hubiera gustado escribir a mí es Nadie acabará con los libros, sólo que Umberto Eco me ganó de mano. Qué atrevido. Eso debe ser porque él es un genio, cosa que me parece que yo no soy. Una lástima”.