En medio de una cada vez más preocupante cantidad de siniestro viales, que siguen liderando las causas de muerte entre los argentinos, vuelve a reeditarse el debate sobre «alcohol cero al volante», medida recientemente aprobada en la ciudad de Santa Fe.

La concejala María Eugenia Schmuck, quien, en el año 2018, presentó un proyecto con esta temática en el Concejo Municipal y que forma parte del equipo del intendente electo Juan Pablo Javkin, volvió sobre el tema y remarcó la necesidad de retomar esta iniciativa para lograr cambiar las conductas de los rosarinos y las rosarinas, porque cuando «uno consume alcohol y maneja, ese auto se transforma en un arma homicida».

«El proyecto de tolerancia cero apunta más que nada a cambiar las conductas de los rosarinos y las rosarinas respecto a la incompatibilidad que existe entre el volante y el alcohol. Si uno va a conducir no puede consumir alcohol», enfatizó la concejala María Eugenia Schmuck. Y señaló además que esto no es algo que pueda quedar en «el plano de la especulación». «Lo que hoy sucede con el 0,5 es eso, la gente dice: bueno me tomo un vaso de cerveza o un vaso de vino, y me tomo dos, o tres… y especula con que la alcoholemia le de positiva o no».

En ese sentido, Schmuck apuntó a la concientización. «Lo importante no es que el Estado controle y que te agarre cuando lo hiciste. Se trata de que cuando uno consume alcohol y maneja, ese auto se transforma en un arma homicida, no solo para el que conduce sino para los demás».

«Hay que tomar medidas contundentes con el tema del alcohol porque hoy los siniestros viales son la principal causa de muerte en Rosario, en Santa Fe y en Argentina y en la mayoría de los accidentes donde hay victimas fatales está implicado el uso de alcohol», subrayó la concejala.

Para avanzar en ese tema, Schmuck enfatizó que lo importante son las políticas que tiendan a cambiar las conductas, por ejemplo, la del conductor designado.

«Cuando uno arranca a discutir estas cuestiones con tecnicismos, se pierde el eje del debate. Hay que concientizar que no se puede consumir alcohol si uno va a conducir. Y eso no pasa por 0,3 o 0,4, o por tener un alcoholímetro portátil.Hay que se contundentes, no hay medias tintas porque se trata de la vida de los rosarinos y rosarinas«.

En es misma línea, Schmuck planteó que «no se trata de cumplir las normas para que el Estado no te descubre en infracción». «Hay que trata de convencer de que las consecuencias de conducir después de haber consumido alcohol son tremendas».

Además, la concejala del Frente Progresista también se pronunció a favor de que «el alcohol al volante tenga penas muy severas».» Las multas tienen que ser mucho mayores, incluso retirar el carnet, que es una de las medidas planteadas en el proyecto».