La madrugada rosarina fue tomada por asalto. Por un rato, se volvió adolescente y se pobló de cantos, bombas de estruendo, bailes en boulevares y música. Es que desde anoche el banderazo de los estudiantes de cuarto año, que salieron a festejar el fin de curso, tiñó de color y alegría la ciudad.

El banderazo estudiantil llegó para quedarse y convetirse en tradición: los chicos y chicas que pasan a quinto año se disfrazan, y a puro grito y pirotecnia, se lanzan a conquistar las calles desde todos los puntos de la ciudad para terminar confluyendo en el Monumento Nacional a la Bandera. En ese marco, la Municipalidad de Rosario organizó una serie de operativos para garantizar la seguridad de los adolescentes y prevenir cualquier tipo de incidentes.

Personal de la Guardia Urbana recorrió las escuelas, en días previos al popular festejo, a fin de concientizar sobre el uso del alcohol y la pirotecnia  y la observancia de ciertas normas. Los efectivos visitaron 27 escuelas para hablar de la Ordenanza Nº 5845/94 que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas a menores de 18 años, así como la venta para el consumo por fuera de los establecimientos en la franja horaria de 23 a 08 hs.  En ese marco también se refirieron a las normas de convivencia y los ruidos molestos.

Además, los agentes de la Guardia Urbana también informaron a los docentes y directivos de las instituciones para lograr el compromiso de reforzar lo hablado.