Una mañana diferente. Rosario se tiñó de gris y fue invadida por un fuerte olor ahumado. Es que la tupida niebla se mezcló con el humo proveniente de los incontrolables incendios en las islas entrerrianas y formaron una densa fusión irrespirable, sobre todo en la costa local. El Paraná parecía haber desaparecido en las primeras horas.

A pesar que hace días, hubo una reunión donde Santa Fe y Entre Ríos acordaron pautas para terminar con los incendios, los resultados no llegan y Rosario sigue sufriendo las consecuencias en su ambiente. Las postales hablan por sí solas.