Las nuevas restricciones impuestas por el gobierno provincial y la «nueva» cuarentena no dejan de despertar polémica y desde el fin de semana ya se observan protestas y manifiestaciones en su contra, sobre todo por parte de los sectores más perjudicados por la pandemia como gastronómicos y comercios, por solo mencionar algunos, que se oponen a permanecer cerrados.

Y Rosario no fue la excepción. Esta mañana, en plena peatonal Córdoba, un grupo de comerciantes autoconvocados se manifestó para pedir que los dejen reabrir sus puertas.

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Bajo el lema “todos juntos para defender el derecho a trabajar y la libertad”, con banderas argentinas, carteles y al ritmo de las palmas, hicieron escuchar su reclamo.

“Somos respetuosos de esta cuarentena, tenemos miedo también a la pandemia, pero queremos pedirle al gobernador -Omar Perotti- y al intendente -Pablo Javkin- que tengan en cuenta que ningún contagio se dio en un bar o en un comercio, queremos trabajar para poder comer. No tenemos otro ingreso”, expresó indignada una de las manifestantes a Conclusión.

A los fines de paliar la situación, propuso que vuelvan los horarios reducidos de 13 a 19, respetando los protocolos porque aseguró que “la angustia nos está matando, son más de cinco meses que estamos así, no podemos más. Queremos que respeten nuestra libertad para trabajar. Y si no, que nos den una ayuda”.

“Estamos trabajando a un 20 o 30% pero al menos con eso podemos comer. Lo único que tenemos son deudas. Estamos fundidos”, apuntó y agregó: “Esto surgió espontáneamente de la desesperación de la gente. Hay gente que no tiene para comer porque vivimos de la diaria. Estamos desamparados, dónde está la ayuda del Gobierno”, se preguntó.

Otra de las comerciantes presentes consideró que la situación “ya no da para más”.

Tuvieron mucho tiempo para reforzar el sistema de salud. Esto es política, hay mucha mentira detrás de todo esto, creemos en la pandemia, pero queremos trabajar para pagar nuestros alquileres, tener para comer. Y es mentira que nos ayudan”, disparó.

En ese sentido, señaló que “a esta altura del año ya no hay más dinero. Con todo lo que estuvimos cerrados, no quedan fondos. Recién empezamos a vender en junio, algo en julio a media máquina y agosto malísimo. No podemos terminar la liquidación y tampoco podemos comprar para renovar la nueva temporada”.

“La gente se reúne igual y a nosotros nos hacen cerrar, es totalmente injusto. Es más fácil que nos encierren”, concluyó preocupada.

En tanto una comerciante de barrio Empalme Graneros dijo a este medio que “ya muchos locales cerraron o tienen el local en alquiler. No se puede trabajar online, quiero levantar la persiana porque cumplí con los protocolos”.

“Necesitamos un gobierno que legisle discriminadamente no generalziadamente. Si algo se incumplió que se reglamenté sobre eso. Tenemos responsabilidad social. Pedimos más coherencia a los políticos”, manifestó con hartazgo.

Por último destacó: “Demasiado lidiamos con el paro de colectivos. Tenemos demasiadas cuestiones en contra, quiero levantar la persiana y es mi derecho. Necesito que el gobierno piense en cada uno de nosotros, no se gobierna desde una banca legislativa, hay que estar en la calle, porque nos estamos cagando de hambre”.