La ordenanza que legisla la nocturnidad rosarina tiene 17 años y el Concejo se propuso como objetivo modificarla en 2018, teniendo en cuenta que ha quedado desactualizada, tanto para dueños de locales como para los jóvenes que frecuentan y consumen «la noche».

Para servir a este objetivo este miércoles el secretario de Control y Convivencia, Guillermo Turrín, asistió a la Comisión de Gobierno para debatir con concejales y manifestar su visión e iniciativas al respecto, algunas de las cuales abrirán la polémica, en un tema controversial en sí mismo.

La Comisión de Gobierno recibió a funcionarios municipales para debatir sobre la regulación de la nocturnidad en la ciudad. Foto gentileza Prensa Concejo.

Al plantear el tema la concejala Schmuck (que preside la comisión), destacó la intención que “el 2018 sea el año de la sanción de una nueva ordenanza” y marcó que “la realidad ha cambiado en estos 18 años” desde la promulgación de la ordenanza Nº 7.218, que rige actualmente el funcionamiento de los boliches y lugares de diversión nocturna.

La edila mencionó los aspectos en los que habría cierto consenso para avanzar: la problemática de los ruidos (decibeles permitidos), factor y capacidad ocupacional (2 personas por metro cuadrado) y sobre el horario de cierre, 5, 6 o como planteaban los bolicheros, 5.30, al igual que la posible unificación de rubros.

También se abordaron las quejas de vecinos por «griterío y disturbios» sobre todo en el egreso de los locales. Turrín explicó que el personal de seguridad acompaña la evacuación para impedir desmanes.

Schmuck propuso que se sumen mujeres a los protocolos de actuación para que ayuden a canalizar las denuncias de violencia de género, algo invisibilizado pero muy común en «la noche».

La propuesta más novedosa vino del secretario municipal, quien al abordar lo vinculado a la edad y recordó que “había cerrado el único boliche para menores” que estaba ubicado en la zona de Maipú y San Juan.

Sobre la cuestión de los menores, dijo que “los de 17 no quieren compartir con los 13, 14, 15, 16 años” por lo que consideró la idea de que haya boliches que contemplen la franja etaria de entre 16 a 21 años.

El problema surgiría en torno a la prohibición de la venta de alcohol a menores. El funcionario sostuvo que ello debe mantenerse y para estos casos marcó la buena experiencia de las pulseras, para evitar en fiestas de egresados el consumo por los menores de edad.

También estuvieron presentes los concejales de Cambiemos, Roy López Molina y Gabriel Chumpitaz, de Ciudad Futura, Caren Tepp, del Fpv-PJ, Norma López, de Unidad Ciudadana, Marina Magnani, y Osvaldo Miatello, de Compromiso por Rosario.

El representante de la municipalidad estuvo acompañado además por Matías Palavecino, subsecretario de Control, el director de Inspecciones, Eduardo Pascucci, y el coordinador del área técnica Juan Duboe, quienes respondieron las consultas de los concejales.