El 2 de mayo es el Día internacional de lucha contra el bullying o acoso escolar, una situación que padecen millones de niños y adolescentes de todo el mundo. A nivel local, las estadísticas son alarmantes y marcan que Argentina está ubicada en el quinto lugar del ranking global de cantidad de casos.

En ese marco, el Concejo de Rosario fue sede este martes de una jornada de capacitación, donde organizaciones sociales y políticas se dieron cita para repensar el bullying en la ciudad. De la convocatoria fue parte la concejal Norma López, quien encabezó la charla por el Legislativo local. El titular de la ONG «Si nos reímos, nos reímos todxs», Arístides Álvarez, dialogó con Conclusión y detalló los datos actuales vinculados al acoso escolar, y resaltó la importancia de involucrarse y no mirar para otro lado.

Según contó Álvarez, las estadísticas a nivel mundial marcan que 3 de cada 10 niños y adolescentes sufren bullying y algunas mediciones incluso ya hablan de una proporción mayor. A la vez, 7 u 8 de cada 10 presenciaron alguna vez una situación de bullying.

Al hacer foco en el escenario actual del país, el titular de la ONG destacó que Argentina está rankeada en quinto lugar en cantidad de casos. «Es una vergüenza, debe interpelarnos. Hay que hablar, tanto en la escuela como en el club y la familia. Tenemos que hablar de las consecuencias del bullying, cómo prevenirlo y la manera adecuada de actuar; debemos involucrarnos para que esto no pase», aseveró.

Álvarez advirtió que estas situaciones ocurren con frecuencia y los números de casos no descienden, sino todo lo contrario. Eso -explicó- tiene que ver con la actitud que cotidianamente asumen los adultos, que muchas veces les plantean a sus hijos que, si no son la víctima directa del acoso, no se metan. Entonces éstos, por miedo, prefieren mirar para un costado y no intervenir.

Este accionar, sumado a las reiteradas discriminaciones y manifestaciones violentas que escuchan niños y adolescentes en sus casas, genera la aparición de un nuevo actor dentro de la problemática. Antes se hablaba de víctimas, acosadores y espectadores. En la actualidad -dijo Aristides- hay que contar a los padres y las familias. 

«Nos unimos durante treinta días en el Mundial, pero después terminó y nuevamente volvimos con la bronca, la grieta, el odio y los mensajes en contra de y no a favor de. El bullying es un reflejo de eso», lamentó.

En este marco, el referente de la ONG pidió que los influencers, youtubers e instagramers se involucren más en la problemática y difundan desde su lugar mensajes concientizadores que llamen al involucramiento. «Me gustaría que se comprometan más con esto, hay muchos chicos que los siguen», concluyó.