Como cada 29 de agosto, se conmemora el Día Nacional del Donante de Órganos y Rosario se sumó realizando un izamiento matinal en el Monumento Nacional a la Bandera, con la presencia de autoridades, familias donantes y personas trasplantadas, y con la posterior inauguración del Banco Naranja en Plaza Pringles.

En ese marco, Silvia Trivisonno, mamá de Antonella habló con Conclusión y señaló: “El recuerdo de Antonella siempre. Hoy se cumplen 24 años de su muerte y para mí es como si hubiera sido ayer, quedó detenido en los seis años, pero también me sana y nos sana como familia poder venir acá, abrazar a otras familias donantes, saber que hay una ley, que es una efeméride escolar y que en algún momento vamos a lograr que en todas las escuelas del país y en todos los mástiles de cada ciudad se pueda izar la Bandera Nacional por cada uno de los donantes y para que haya un país que este día abrace a las familias donantes”.

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“Sigue el trabajo, siguen las ganas, sigue el amor y sigue esta posibilidad de contar que a nosotros como familia nos sirvió pensarlo, nos sirvió después poder hacerlo y queremos contagiar eso, que nadie se quede con la duda, que nadie se quede con el desconocimiento de saber qué pasa y que todos los días podamos construir una mayor y una mejor comunidad donante”, instó orgullosa a seguir su ejemplo.

Contenta, dijo que “cada vez hay más donantes y cada vez hay más inscriptos, pero no hablamos sólo de números sino que así como la donación de órganos mejora la calidad de vida de un paciente, plantear una donación de vida diaria donde vos le das al otro no lo que te sobra sino lo que necesita, mejora tu propia calidad de vida y la de los que tenés al lado” y agregó: “Hacemos las campañas porque a lo mejor a alguien le sirve saber que no todo está perdido y que vale la pena levantarse de la cama en vez de quedarse llorando para poder hacer algo que le puede servir a alguien más”.

Consultada por la venta de órganos, fue contundente: “Lo escuché durante toda mi vida, nunca lo vi y la realidad es que para que haya una venta tiene que haber un comprador. Si en algún momento hay políticas para que haya venta de órganos, como hay en otros países, espero que sea bajo la ley y no por tráfico, pero hoy en día la verdad que jamás me hubiera imaginado en el amor que le tengo a Antonella querer lucrar con un órgano de ella”.

“Para mí sería imposible, en el amor que ella tenía no encuadraría la venta para nada y no creo que ningún familiar le guste andar vendiendo los órganos de las personas que ama,  medio raro”, cerró.

 

Por su parte, Mario Perichón, director del Cudaio coincidió con Silvia y al respecto explicó a este medio que “las leyes son muy claras. En el 2010 Naciones Unidas convocó a todos los países miembros a discutir y a debatir, porque se había detectado en algunos lugares del mundo la comercialización de órganos. Y eso generó una declaración que hoy se llama Declaración de Estambul, porque se hizo en Turquía, donde todos los países adecuaron sus normativas legales para impedir justamente un hecho tan trágico como puede ser la comercialización de un órgano. Lo que Naciones Unidas decía en ese momento, en esa declaración, es que los países ricos iban a aprovechar las debilidades de ciertos países pobres para poder llegar a esto. Por lo tanto, esa declaración está vigente en todos los organismos de procuración del mundo, incluido el nuestro, por supuesto. Nuestra ley en ese sentido es tremendamente severa para penar este tipo de cosas. No solamente lo prohíbe, sino que si lo detecta, pena tanto al equipo que trasplanta, como a las personas. Entonces, me parece que en lugar de hablar de esto, tendríamos que estar hablando de cómo hacer una sociedad más solidaria”.

“Nunca fue detectado el tráfico en Argentina. Entonces, a veces me parece que es una sociedad que prefiere pensar en estos mitos, en esta irrealidad, en lugar de pensar en que cuando yo me muera los órganos pueden seguir viviendo o permitir vivir a otras personas”, analizó.

En ese sentido, Perichón destacó a la familia Trivisonno, porque “desde el dolor, consiguió que hoy estuviéramos todos izando la bandera en el Monumento. Logró hacer una ley. Tendrían que ser ejemplos para toda la sociedad, donde uno se recupera del dolor a partir de la acción. Así que por eso siempre estamos acá tratando de apoyarlos y tratando de que aumente la cantidad de donantes”.

Según precisó el especialista, hay aproximadamente 7.100 pacientes en lista de espera para recibir un órgano. Y ese número siempre se mantiene porque “jamás la lista de espera va a poder ser completada por la cantidad de donantes porque hay que morirse de una manera especial para ser donante. En el mundo pasa eso”.

“Lo que está planteando el mundo es distintas alternativas para aumentar ese pool de donantes. Hay que empezar a buscar, y el mundo está buscando, mecanismos para poder lograr abastecer. Pero el mejor mecanismo, es prevenir. Porque todo esto debe ser prevenido”, resaltó y completó: “Cuando llegás a una insuficiencia renal que tenés que ir a diálisis y después tenés que esperar un trasplante, si le hubiéramos enseñado a la gente a que haga una orina y una creatinina una vez por año, probablemente se hubieran salvado un montón de vidas que no hubieran llegado. Porque el trasplante finalmente es el fracaso de no haber hecho la prevención adecuada”.