A tan sólo horas de la noche de Navidad, el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, destacó que «deberíamos pensar qué tipo de sociedad estamos generando» consultado por qué hay hombres «que necesitan de estupefacientes» para sostener sus vidas, al tiempo que resaltó que «hay un clamor de la iglesia hacia el Estado», al nombrarlo como principal responsable para solucionar este flagelo.

En diálogo con LT8, el monseñor habló sobre la lucha que genera el narcotráfico, las muertes que ocasiona y las consecuencias del consumo de drogas. “Por eso la Iglesia eleva su voz para que se tome conciencia, en primer lugar, para que se advierta del daño que esto está causando y segundo también hay un clamor hacia las autoridades, que son quienes deben tomar cartas en el asunto en forma directa, para que este flagelo pueda ir disminuyendo»,  señaló Martín.

Al referirse a todas las personas que caen en las redes del narcotráfico, el arzobispo de Rosario señaló que «evidentemente hay un correlato, no hay venta sin consumo. Entonces nos tenemos que preguntar qué tipo de sociedad estamos generando, qué tipo de hombre estamos formando que necesita de estupefacientes para poder estar tranquilo, para poder tener paz, para buscar una salida a su vida. Para algunos es una evasión, algunos lo toman como un divertimento, una cultura hedonista, de la búsqueda del placer. Otros lo hacen por situaciones de marginalidad, otros por no encontrar respuestas a sus vidas. Pero todo esto destruye. También hay un mensaje a nosotros mismos sobre qué tipo de vida estamos llevando, qué ausencia de ideales grandes tenemos que tenemos que recurrir a esto».

«Escuché a una médica decir que estamos en la cultura de la pastilla -abundó-. Para adelgazar, para bajar la presión, para el hígado, para evitar los hijos. La responsabilidad personal queda casi anulada. No estamos generando personas protagonistas de la vida, responsables de su propio destino. No digo que no haya que tomar pastillas, pero tenemos que educar en la responsabilidad personal«.

Acerca del mensaje del papa Francisco realizando una profunda crítica a la Curia, Martín dijo que «estuve escuchando el mensaje del Santo Padre. El habla de una esquizofrenia existencial, porque el gran problema humano es la división interior. El Papa hizo como un examen de conciencia y planteó cuáles eran los pecados que podíamos tener nosotros. Y comienza a enumerar una lista de tentaciones e hizo una invitación a la conversión. Es decir, hagamos una buena confesión de nuestros pecados para poder cambiar e ir mejorando, para hacer de esta Curia un lugar vivo, un cuerpo vivificado por Jesús y no una burocracia pesada donde se busquen los propios intereses».