El Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos (CUDAIO) de la Provincia de Santa Fe se encuentra reforzando su labor en el área psicosocial para aquellos pacientes trasplantados que tuvieron alguna complicación luego de la intervención, priorizando esa tarea más allá de la parte médica.

También se busca contener a las familias de las personas fallecidas que decidieron donar los órganos de sus seres queridos, ayudarlos a atravesar ese proceso.

Respecto a ello, Cecilia Aguirre, responsable del Área Psicológica Familia Donante del organismo, en diálogo con Conclusión, expresó: «Desde el 2019 armamos un mecanismo que se llama Dispositivo de Atención a las familias donantes. Se parte sobre el saber de la cuestión de la donación, las vidas que se pudieron salvar. De alguna forma, le da una cierta sensación de reparación, alivio, paz a la persona que está en duelo. Este dispositivo cierra el Operativo de Donación de Órganos y Tejidos”.

“Nos comunicamos con las familias mediante llamados telefónicos, nos encontramos con ellas, les agradecemos el acto de donación y les informamos sobre los trasplantes que se pudieron realizar a partir de la donación de órganos de un familiar”, dijo.

“También hacemos atención en duelo. Se trata de consultas de contención y ayuda a lo que es derivación. Es un mecanismo de contención para lograr que la persona pueda desenvolver su dolor”, indicó.

Además, Julieta Mendeo, titular del Área Social Familia Donante, manifestó: «Luego de que se da el operativo de donación, está el lado de los que reciben, que estaban esperando, en lista. Trabajamos con ellos junto a una compañera que es trabajadora social, en el área psicosocial, que tiene que ver con la salud mental y cuestiones socioambientales”.

“El éxito no tiene que ver sólo con lo médico, sino también con cuestiones subjetivas, como adherencia al tratamiento, que puedan hacer los controles como corresponde, en tiempo y forma, que puedan tomar la medicación, ansiedad y adicción”, sostuvo la especialista.

“El área psicosocial se relaciona con que cuando el paciente recibe el alta y vuelve a su casa, tenga las condiciones mínimas de habitacionalidad. La idea es que el trasplante pueda lograr la máxima durabilidad en el tiempo y logre mejorar la calidad de vida de la persona”, informó.

Consultada por dificultades en los pacientes para poder seguir con su vida, afirmó: “La población con la que trabajamos es del sur de la provincia y son personas que no cuentan con obra social, algunas no tienen trabajo ni van a la escuela. El principal problema es la vivienda. El trasplante es como un tratamiento prolongado, hay que reforzar la continuidad y la adherencia a estos tratamientos. También pueden aparecer cuestiones personales del paciente”.