Cincuenta años de ocupación del espacio público como bandera visibilizadora de un colectivo al que la hegemonía heteronormativa y patriarcal quiso arrojar a los margenes de la sociedad. Este viernes, se cumplen cincuenta años de orgullo, marcha y resistencia de la comunidad LGBT.

La madrugada del 28 de junio de 1969, la Policía de Nueva York ingresó a Stonewall Inn, un bar ubicado en la calle Christopher del barrio Greenwich Village , y realizó una razzia con el pretexto de que el lugar no contaba con la habilitación pertinente para vender bebidas alcohólicas. Dicho bar era uno de los pocos lugares que permitía la asistencia de personas LGBT en una época en la que el gobierno norteamericano condenaba abiertamente a la homosexualidad.

Aquella jornada el ensañamiento policial hacia quienes estaban allí fue brutal. El lugar que hasta entonces había sido una garantía de seguridad, había sido vulnerado por la violencia uniformada.

La reacción fue inmediata: los disturbios y enfrentamientos entre la comunidad LGBT y la policía duraron días. Fue entonces que la activista Martha Shelley, activista e integrante de Daughters of Bilitis -la primera organización de defensa de los derechos de las lesbianas en Estados Unidos-, sugirió que se el colectivo haga una marcha «a plena luz del día; una marcha del orgullo».

Qué significan las siglas LGBTI+

Un mes después de la represión en Stonewall, las calles de Nueva York se poblaron de una multitud de manifestantes que marcharon desde el Washington Square hasta el bar. El grito aunado de aquel ’69 se volvió rutina anual en cientos de ciudades que se tiñen de los colores de la diversidad en el día del Orgullo Gay.

El 28 de junio de 1970 lo sucedido en Stonewall tuvo su primera conmemoración, con el entonces llamado “día de la liberación de Christopher Street» y una multitudinaria movilización -superior a la anterior- que culminó en Central Park. En la actualidad, en Christopher Park, justo frente a Stonewall, una escucltura realizada por el artista George Segal rinde honor a las personas que gestaron la marcha inicial.

La lucha activa por los derechos de las disidencias sexuales puja diariamente por una vida libre de imposiciones heteronormativas. Este año, cincuenta después de aquella jornada en Grreenwich Village, el comisario jefe de la Policía de la ciudad de Nueva York, James O’Neill, admitió durante una rueda de prensa que “las acciones adoptadas por el Departamento fueron equivocadas, simple y llanamente”, al mismo tiempo que las calificó como “discriminatorias” y “opresivas”. «Sé que lo que pasó no debería haber sucedido, por eso me disculpo”, afirmó O’Neill en un hecho institucionalmente necesario.

Las batallas de ayer y de hoy

Si bien lo de O’Neill ha sido un punto a favor de las reivindicaciones, a nivel mundial han avanzado discursos de odio de personalidades de relevancia institucional. Claro ejemplo es el caso estadounidense. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rechazó las peticiones de algunas embajadas que solicitaron ondear la bandera arcoiris, símbolo del colectivo LGTBI+, por el mes del orgullo gay.

Con mayor carga homofóbica gobierna el mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, quien ofendió fuertemente a la comunidad gay al decir que «sería incapaz de amar a un hijo homosexual», y también añadió que prefería que «muera en un accidente a que aparezca con un hombre con bigote por ahí». Además, años atrás dijo en el Parlamento que «la mejor manera de evitar tener un hijo homosexual es golpearle».

Como contracara, la coyuntura ecuatoriana brindó una victoria a la comunidad LGBT. Con cinco votos a favor y cuatro en contra, la Corte Constitucional (CC) resolvió favorablemente una consulta sobre dos uniones civiles de parejas del mismo sexo en una votación que se considera histórica para el país.

Argentina fue pionera en la autorización del matrimonio entre personas del mismo sexo. Colombia, Brasil, Uruguay, Chile y algunos Estados de México se sumaron.

Marcha en Rosario

Rosario será una de las sedes en dónde se realicen actividades por el Día Internacional del Orgullo. A partir de las 15:30 en la plaza San Martín (Santa Fe y Moreno), se concentrarán para luego movilizarse en la «II Marcha Nacional Basta de Travesticidios» por las calles Santa Fe, Oroño, Pellegrini, Buenos Aires y Córdoba, hasta llegar al Monumento.

Antes de emprender camino hacia el Monumento se realizará un abrazo simbólico a la sede de Gobierno provincial -frente a la plaza-, lugar donde funcionó uno de los centros clandestinos de detención durante la dictadura cívico-militar que tuvo como victimas a a muchas personas trans y travestis a causa de su identidad.

La exigencia de un acceso igualitario a la educación, la erradicación de la expulsión del hogar y las dificultades para conseguir empleo, son algunos de los reclamos que llevarán a la manifestación. Un dato que no puede ignrorarse y también van a visibilizar durante la marcha, es la preocupación ante un promedio de vida de las personas trans que en la Argentina se ubica etnre los 35 y los 42 años.

Deudas de la democracia

En septiembre del año pasado, la Cámara de Diputados de Santa Fe dio media sanción por unanimidad al proyecto de Ley de Cupo laboral Trans que tiene como objeto «favorecer la inserción y estabilidad laboral de personas travestis, transexuale, transgénero, alentando su contratación y empleo en el sector público y privado a los fines de garantizar el derecho al trabajo».

La iniciativa establecía un número fijo de ingresos anuales al Estado provincial, pero el Senado provincial nunca le dio tratamiento y frenó el proyecto.

De igual manera se comportó la cámara alta provincial ante la Ley provincial de Educación -también con media sanción desde Diputados- que en su articulado garantizaba la Educación Sexual Integral de forma transversal y con perspectiva de género, derechos humanos y diversidad, en los términos de la Ley Nacional 26.150.